Por Brad Brooks
16 ago (Reuters) - Un año de intenso adiestramiento para discernir la diferencia entre restos humanos y animales es imprescindible para los perros de búsqueda especializados desplegados para trabajar en Maui tras los mortíferos incendios forestales de la semana pasada.
Pero también hace falta un perro que nazca con la personalidad especial necesaria para encontrar los restos de los desaparecidos y ayudar a poner fin a la angustia de las familias, afirma Mary Cablk, experta en detección y sistemas del Instituto de Investigación del Desierto de Nevada, que ha adiestrado a cientos de perros, diseñado programas de adiestramiento para adiestradores y sigue realizando docenas de búsquedas al año con sus propios perros.
"Los perros que realmente quieren jugar, que se obsesionan con su juguete, que tienen confianza en sí mismos y son ágiles, que no tienen miedo a los ruidos fuertes ni a las superficies extrañas, aportan mucho", dice. Cablk no participa en la operación de recuperación de Maui.
Los incendios que asolaron Maui la semana pasada causaron la muerte de al menos 101 personas, según las autoridades, lo que los convierte en el incendio más mortífero de Estados Unidos en un siglo.
Los equipos de rescate de búsqueda urbana de la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA, por sus siglas en inglés) tenían 20 perros sobre el terreno desde el lunes, apoyando a las autoridades estatales y locales que examinaban las cenizas.
Jeremy Greenberg, director de operaciones de la FEMA, dijo el lunes en una llamada con periodistas que las condiciones traicioneras de Maui dificultaban la búsqueda.
Greenberg subrayó que si bien los buscadores entienden que las familias están desesperadas por conocer el destino de sus seres queridos desaparecidos, deben "llevar a cabo esa búsqueda de una manera segura y respetuosa."
El Gobierno de Hawái ha declarado que al menos 2.200 estructuras quedaron destruidas en los incendios, el 86% de las cuales eran edificios residenciales.
Los perros que trabajan en los incendios están adiestrados para detectar carne quemada y distinguir los restos humanos de los de animales domésticos y otros. Tras un incendio, se enseña a los perros a no excitarse y correr de un lado a otro desde los restos que han encontrado hasta un adiestrador, lo que podría dañar la escena. Los perros detectores de cadáveres que trabajan en incendios simplemente se tumban cuando encuentran algo, explica Cablk.
También se está adiestrando a los perros para que no entren en la "huella" de una casa incendiada, sino que indiquen a los adiestradores que han encontrado restos sin acercarse a ellos.
(Información de Brad Brooks en Longmont, Colorado; editado por Donna Bryson y Stephen Coates; editado en español por Javi West Larrañaga)