Por Malena Castaldi
MONTEVIDEO (Reuters) - Uruguay se prepara para definir a su próximo presidente en una segunda vuelta electoral el domingo, en un duelo donde la izquierda gobernante es la cómoda favorita para lograr un tercer mandato consecutivo y consolidar la receta de crecimiento económico combinado con avances sociales que la hizo tan popular.
Las encuestas le dan al oficialista Tabaré Vázquez, un oncólogo que ya gobernó al país sudamericano, una ventaja de alrededor de 14 puntos sobre su joven contrincante, el diputado conservador y aficionado al surf Luis Lacalle Pou.
A favor del candidato del Frente Amplio en el gobierno jugó la estabilidad de la economía -que en la última década ha crecido a una tasa promedio del 5,7 por ciento anual- y la popularidad de planes sociales que él mismo inició como presidente en el 2005 y su sucesor, el ahora mandatario saliente José Mujica, consolidó.
"Quiero que gane el Frente para que termine de afirmarse este proyecto de país, que a la visa está que nos hizo bien a todos los uruguayos y no sólo a la gente pobre, como se dice por ahí", dijo Silvana Tenco, una estudiante de 24 años.
Aunque más moderado que Mujica, una victoria de Vázquez, de 74 años, también garantizaría la continuidad de iniciativas progresistas como la despenalización del aborto, los matrimonios homosexuales y otra que ganó los titulares de los diarios del mundo: la legalización de la producción y venta de marihuana.
Lacalle Pou, un abogado de 41 años del Partido Nacional hijo de un expresidente, había propuesto derogar parte de esa última norma -resistida por la mayoría de los uruguayos según los sondeos- sólo permitiendo el autocultivo y clubes de fumadores.
Pero ni una propuesta como esa ni su discurso conciliador lograron convencer a suficientes uruguayos en la primera vuelta, y las encuestas auguran que tampoco lo harán en la segunda. Los especialistas creen que Lacalle Pou no logró mostrar un proyecto alternativo al de la izquierda lo suficientemente sólido.
"No creo que Lacalle pueda ganar y es una lástima porque él puede solucionar los problemas del país", dijo Carla Da Silva, una jubilada de 68 años que criticó la inseguridad y el bajo nivel educativo en el país.
Vázquez parece haber logrado sacar provecho también del recuerdo de su primer gobierno.
Cuando concluyó su mandato en 2010 tenía una aprobación del 70 por ciento. Bajo su gobierno redujo el desempleo con políticas económicas pro mercados pero manteniendo los programas sociales para los más vulnerables que ayudaron a disminuir la pobreza en un tercio hasta el 11 por ciento actual.
MENOS CONFRONTACIÓN
La amplia diferencia pronosticada a favor del oficialismo, en parte también producto del gran apoyo que tiene el exguerrillero Mujica en el interior del país, llevó a que las campañas electorales bajaran sus decibelios.
Vázquez intentó en las últimas semanas sacar partido de las críticas a los altos impuestos, una de las principales quejas de los uruguayos, asegurando que un ritmo económico relativamente sano este año podría dar margen para reducir la carga tributaria pero sin revelar detalles de cómo lo haría.
Y Lacalle Pou, que tiene su base de apoyo más fuerte en las ciudades, se fue de gira por las zonas rurales para tratar de ganar votos.
En la primera vuelta del 26 de octubre Vázquez logró más votos de lo esperado con un 47,8 por ciento frente al 30,8 de Lacalle. El Frente Amplio además consiguió la mayoría parlamentaria en el Congreso.
Aunque el mes pasado las encuestadoras pronosticaban una segunda vuelta reñida, el respaldo al Partido Nacional se fue erosionando.
"Tabaré Vázquez va a ser electo como próximo presidente de los uruguayos, va a ganar por una diferencia amplia (...) y posiblemente va a terminar superando la votación de Mujica en 2009", dijo el politólogo Ignacio Zuasnabar de Equipos Consultores al difundir su último sondeo.
Se espera que las encuestadoras emitan un sondeo a boca de urna el domingo a las 20.30 hora local (2230 GMT). Los primeros resultados oficiales se conocerían la madrugada del lunes.