(Reuters) - El delantero uruguayo del Barcelona, Luis Suárez, dijo el viernes que no ve la hora de volver a jugar pero se siente contento por al menos poder entrenar con su nuevo club, al día siguiente de que el TAS revocara parcialmente una sanción en su contra por morder a un rival en el Mundial de Brasil.
La FIFA sancionó a Suárez con una nueve partidos oficiales con la selección de Uruguay, cuatro meses apartado de cualquier actividad relacionada con el fútbol y una multa por morder al defensa italiano Giorgio Chiellini en el último partido por la fase de grupos del Mundial.
El jueves, el Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS, por su sigla en francés) ratificó la suspensión de nueve partidos pero le permitió entrenar y acudir a los estadios.
"Estoy muy feliz por volver a sentirme un jugador y por estar acá con los compañeros, que ya tenía muchas ganas de empezar", dijo Suárez en la página de Internet del Barcelona (www.fcbarcelona.com).
Suárez podrá competir oficialmente con el Barcelona a finales de octubre y con Uruguay lo haría en 2016.
"Ha sido difícil, complicado, porque estaba en una situación en la cual me sentía incómodo. También estaba pagando por un error que cometí que ya pedí perdón, pero hay que olvidarse de todo eso", dijo el futbolista de 27 años.
"Hay que pensar en el futuro y en el presente que es estar en este gran club, en el club que uno soñaba jugar", agregó.
Pese a estar inhabilitado para jugar, el Barcelona apostó por el futbolista, goleador la temporada pasada con el Liverpool, y pagó una suma que según medios españoles alcanzó los 81 millones de euros en un contrato de cinco años.
El atacante será presentado oficialmente el lunes en el conjunto azulgrana para el torneo Joan Gamper contra el León mexicano.