Por Malena Castaldi
MONTEVIDEO (Reuters) - Tabaré Vázquez asumió el domingo la presidencia de Uruguay, en el tercer mandato consecutivo de la izquierda y con su antecesor José Mujica dejándole el legado de una economía con acento social en la que quedan temas pendientes como la educación, el abultado déficit fiscal y la inseguridad.
El reconocido oncólogo de 75 años, con un estilo cauto y respetuoso de los protocolos, que llevó por primera vez a la izquierda al poder en 2005, toma la presidencia del país tras una transgresora y más descontracturada gestión de Mujica, el ex guerrillero que pasó en prisión más de una década de su vida.
Para Vázquez, su predecesor va a ser "un punto de referencia de primer orden" y anticipó que hará hincapié en la continuidad de las políticas sociales que permitieron reducir la pobreza y la indigencia a sus mínimos valores históricos.
"Hace exactamente diez años, desde este mismo lugar me dirigía a la Asamblea General del Poder Legislativo en ocasión de asumir la presidencia de la República Oriental del Uruguay. Hoy la vida me da una segunda oportunidad", dijo en la apertura de su discurso que siguió a su juramento.
En el acto de investidura lo acompañaron líderes como el rey Juan Carlos y los presidentes de Brasil, Cuba, Ecuador, Chile, Perú y Paraguay, entre otras autoridades. El gran ausente fue el presidente Nicolás Maduro, quien a última hora suspendió su viaje por la situación política en Venezuela.
Entre los principales retos de Vázquez está el enfrentar un alto déficit fiscal de un 3,3 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) y mejorar una deteriorada educación, para la cual planea destinar un presupuesto de un 6 por ciento de la economía.