Por Steve Holland y Jonathan Landay
WASHINGTON (Reuters) - La Casa Blanca amenazó el lunes con responder a los que critican los contactos del presidente Donald Trump con Rusia revocando las autorizaciones de seguridad de seis ex altos cargos estadounidenses, lo que generó acusaciones de abuso de poder y de intentar acallar a la disidencia.
La medida afectaría a exfuncionarios de inteligencia y de seguridad de Estados Unidos, dijo la portavoz de la Casa Blanca, Sarah Sanders, porque "politizaron y en algunos casos monetizaron sus servicios públicos y credenciales de seguridad, haciendo acusaciones infundadas de contactos indebidos con Rusia o bajo la influencia de Rusia".
Entre ellos está John Brennan, que dirigió la CIA con Barack Obama, y fue uno de los críticos más elocuentes con la actuación de Trump en su cumbre de la semana pasada con el presidente ruso, Vladimir Putin, en Helsinki.
Después de que Trump diera crédito al desmentido de Putin sobre su presunta injerencia en las elecciones estadounidenses de 2016, a pesar de las conclusiones de la inteligencia de Estados Unidos, Brennan calificó las declaraciones del presidente republicano de "nada menos que traición".
La amenaza de Trump contra Brennan y los exfuncionarios James Comey, James Clapper, Michael Hayden, Susan Rice y Andrew McCabe representó una extraordinaria politización del proceso de autorización de seguridad del Gobierno estadounidense. Sus críticos lo calificaron de mezquino y sin precedentes.
"Una lista de enemigos es horrible, antidemocrática y antiamericana. ¿No hay límites que Trump no cruce para reprimir a la oposición?", se preguntó el legislador estadounidense Adam Schiff, el principal demócrata en la Comisión de Inteligencia de la Cámara de Representantes.
Sanders, quien dijo que Trump está "explorando los mecanismos" para eliminar las credenciales de seguridad, hizo referencia al comentario de traición de Brennan al explicar la amenaza del presidente.
Trump fue blanco de numerosas críticas después de Helsinki, incluso por parte de muchos republicanos. Uno de los pocos que públicamente se puso de su lado la semana pasada, el senador Rand Paul, dijo que se reunió con Trump el lunes y le pidió que revocara la autorización de seguridad de Brennan.
Muchos exfuncionarios estadounidenses retienen las autorizaciones de seguridad después de dejar el servicio del Gobierno porque siguen asesorando a sus antiguas agencias o porque es una condición para trabajar como proveedores o consultores gubernamentales.
(Información adicional de Doina Chiacu, Eric Beech y Warren Strobel; Escrito por Lisa Lambert y Mary Milliken; Editado por Will Dunham; Traducido por Blanca Rodríguez)