Pekín, 10 jul (EFE).- La sorprendente caída en junio de las exportaciones y de las importaciones de China evidencian la debilidad de la demanda externa e interna de la segunda economía mundial, y refuerzan la posibilidad de una desaceleración de su crecimiento en el segundo trimestre.
Las ventas al exterior del primer exportador mundial retrocedieron un 3,1 por ciento en junio con respecto al mismo mes del año anterior, mientras que las importaciones también cayeron un 0,7 por ciento, según datos publicados hoy por la Administración General de Aduanas china.
La última vez que las exportaciones chinas cayeron fue en enero de 2012, un 0,5 por ciento, debido en parte a las distorsiones de las vacaciones del Año Nuevo chino, que varían de un año a otro.
En esta ocasión, sin embargo, los analistas apuntan que el descenso responde a la débil demanda externa e interna del país asiático provocada por la inestabilidad de la economía mundial, el incremento del proteccionismo y la desaceleración del crecimiento de China.
Las autoridades, por su parte, atribuyeron hoy la caída del volumen total de comercio exterior -del 2 por ciento en junio- a la campaña lanzada en los últimos dos meses para combatir las irregularidades detectadas en las transacciones de algunas compañías chinas, que consisten en inflar sus facturas comerciales para mover flujos de capitales desde y hacia China.
Tales sospechas surgieron cuando, en los primeros meses del año, China registró unos crecimientos inusualmente altos de sus ventas al exterior (del 14 por ciento de media entre enero y abril) comparado con sus principales competidores y en un contexto de débil demanda mundial.
Tras la moderación del mes de mayo (0,4 por ciento) y la debacle de junio, el crecimiento del volumen total de comercio exterior en el primer semestre de 2013 se moderó hasta un 8,6 por ciento comparado con los seis primeros meses de 2012.
Este crecimiento está por encima del límite marcado por Pekín para este año, del 8 por ciento, aunque se trata de una meta que las mismas autoridades chinas han calificado recientemente de "difícil de cumplir" teniendo en cuenta las perspectivas de crecimiento económico poco alentadoras para el resto del año.
"El comercio exterior de China se enfrentará a más retos y dificultades en la segunda mitad del año, y la solución definitiva sería transformar los patrones de crecimiento y reestructurar el valor de las materias primas", aseguró hoy al respecto el portavoz de la Administración General de Aduanas china, Zheng Yuesheng.
El producto interior bruto (PIB) de China aumentó un 7,7 por ciento interanual en el primer trimestre de 2013, una cifra menor de la esperada por los analistas y tras crecer un 7,9 por ciento en los últimos tres meses de 2012.
El dato correspondiente al PIB del segundo trimestre se hará público el próximo lunes, junto a otros indicadores como la producción industrial, las ventas al por menor y la inversión en activos fijos del mismo mes de junio, y que reflejarán la tendencia de la economía de la segunda potencia mundial.
Los indicadores de los últimos meses, junto con los malos datos del comercio exterior publicados hoy, refuerzan la tesis de una mayor ralentización de la segunda economía mundial y sitúan el crecimiento en alrededor del 7,5 por ciento entre abril y junio.
Si así fuera, sería la tasa más baja en décadas, algo que parece "no importar" a Xi Jinping -presidente- y Li Keqiang -primer ministro-, que han mostrado su voluntad de sacrificar el crecimiento económico a corto plazo para llevar a cabo una reestructuración progresiva del modelo económico del país.
Ayer, antes de la publicación de los datos de comercio, Li se mostró "satisfecho" por el estado general de la economía y dijo "tener en cuenta los factores al alza y a la baja".
"La economía de China es en general estable en lo que va de año, con los principales indicadores económicos dentro de un rango razonable y en línea con nuestras expectativas", dijo el primer ministro, citado por la agencia oficial Xinhua.
Según varios centros de estudio del Gobierno chino, el Ejecutivo estaría dispuesto a ceder crecimiento económico hasta un mínimo del 7 por ciento para tal fin, un umbral que, de no superarse, sí llevaría a las autoridades a adoptar medidas de estímulo. EFE