Por Renee Maltezou y Karolina Tagaris
ATENAS (Reuters) - El primer ministro griego, Alexis Tsipras, dijo el viernes que su gobierno no cruzaría la línea roja en las negociaciones con sus acreedores extranjeros, pero añadió que se debía alcanzar pronto un acuerdo después de meses de negociaciones.
El gobierno de Atenas se está quedando rápidamente sin dinero y las negociaciones con la Unión Europea y el FMI sobre recibir más ayuda se han estancado debido a las exigencias de los acreedores de que Grecia implemente una serie de reformas, incluyendo una rebaja de las pensiones y una mayor liberalización del mercado de trabajo.
Tsipras dijo que las dos partes habían llegado a un acuerdo sobre los objetivos fiscales y el IVA, pero que discrepaban en materia laboral y en la reforma de las pensiones. Dijo que cualquier trato debería incluir objetivos bajos de superávit primario para 2015-2016 y una reestructuración de la deuda.
"El acuerdo debe cerrarse, sin duda", dijo Tsipras en una rueda de prensa. "En cualquier caso, algunos no pueden ir con la idea de que, a medida que pasa el tiempo, se pondrá a prueba la resistencia de la parte griega y sus líneas rojas se desvanecerán".
"Si alguien piensa eso, debería olvidarse".
El ejecutivo de Atenas ha dependido de un rescate de 240.000 millones de euros de la UE y el FMI para seguir pagando sus facturas desde 2010. No ha recibido ningún nuevo préstamo desde el pasado mes de agosto.
Previamente el viernes, el Ministerio de Finanzas dijo que Grecia había pagado los salarios de sus funcionarios a mediados de mayo, confirmando los plazos de pago en un momento en que el país lucha por seguir siendo solvente, a pesar de que podría encontrar más dificultades para atender sus compromisos salariales y de pensiones más adelante este mismo mes, así como el siguiente plazo del pago de la deuda, en junio.
Durante meses, el gobierno ha pedido dinero prestado a diferentes secciones de la administración estatal para pagar sueldos y pensiones para los trabajadores del sector público.
Tsipras, que llegó al poder en enero bajo las promesas de acabar con la política de apretarse el cinturón, dijo que el gobierno no apoyaría nuevos recortes salariales ni rebajas en las pensiones, un tema muy sensible en Grecia después de una recesión de seis años inducida por la austeridad aumentara los niveles de pobreza y desempleo.
"Desde este atril quiero asegurar al pueblo griego que no hay posibilidad alguna de que el gobierno griego se eche atrás en materia de salarios y pensiones", dijo.
Grecia, que se está quedando sin dinero rápidamente, espera alcanzar un acuerdo para finales de este mes. En cualquier caso, la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional están exigiendo nuevas reformas en materia de pensiones y sueldos, que ya acordaron los anteriores gobiernos del país.
"Llegados a este punto, parece que hemos encontrado un terreno común con las instituciones en una serie de temas y estamos muy cerca de un acuerdo", dijo Tsipras.
"Por supuesto, al mismo tiempo, otros temas continúan abiertos. Algunas instituciones insisten en propuestas de cambio en el marco que define el funcionamiento de un mercado laboral ya desregulado. Estos cambios no pueden aceptarse".