Por Guy Faulconbridge y William James
LONDRES (Reuters) - Cuando Donald Trump visite Reino Unido la semana que viene, la primera ministra británica, Theresa May, tendrá que enfrentarse a una dura realidad: el Brexit hace más dependiente que nunca a Reino Unido de una alianza con el presidente estadounidense más impredecible que se recuerda.
La primera visita de Trump al país británico, que tendrá lugar en una semana en la que el presidente también asistirá a una reunión de la OTAN y a una cumbre con Putin, llega en uno de los momentos más decisivos para Europa y Occidente desde que cayera la Unión Soviética en 1991.
Desde el desafío a las premisas occidentales sobre la UE o el libre mercado hasta el acercamiento a los líderes del Kremlin y Corea del Norte, Trump ha cumplido con su promesa: aplicar una política exterior estadounidense "impredecible".
Esto deja a May, que se reunió con Trump en la Casa Blanca tras la investidura del presidente, en una difícil posición mientras busca estrechar lazos comerciales con Estados Unidos para reducir los efectos de su salida de la UE prevista el 29 de marzo de 2019.
"La ironía es que al dejar la UE, Reino Unido será menos útil para Washington como aliado, provocando que los británicos necesiten mucho más a Estados Unidos", dijo Jeffrey A. Stacey, exresponsable del Departamento de Estado de la administración del ex presidente Barack Obama.
"May ha sido arrojada a los brazos del presidente más impredecible de la historia de Estados Unidos", añadió Stacey.
Más de 50.000 personas se han apuntado a una protesta contra la visita de Trump en Londres, que además incluirá un encuentro con la Reina Isabel II y posiblemente también una partida de golf en el campo de Turnberry en Escocia, cuyo propietario es Trump.
Incluso teniendo en cuenta la inclinación de Trump para cerrar acuerdos, la visita probablemente esté cargada de retórica sobre un cada vez más desequilibrada "relación especial" y se quede corta en cuestiones específicas como los detalles de un acuerdo comercial posterior al Brexit.
Para sus partidarios, Trump y el Brexit ofrecen la oportunidad de liberarse de lo que consideran unas instituciones absoletas y de unas normas que han debilitado tanto a Estados Unidos como a sus aliados en relación con países como es China.
Sin embargo, para muchos diplomáticos británicos, el Brexit marca el colapso de una estrategia seguida por el país durante 70 años centrada en el equilibrio entre la integración europea y una alianza con EEUU basada en lazos de sangre, comerciales y el intercambio de información de inteligencia.
"La apresurada diplomacia de May con Trump ha sido necia: ¿Qué ha logrado con estas relaciones hasta ahora?", declaró bajo el anonimato un alto cargo diplomático europeo en Londres.
"Vosotros, británicos, estáis abandonando Europa, pero ¿de verdad queréis lanzaros a los brazos de los Estados Unidos de Donald Trump?. Y lo que es más importante, ¿tenéis otra opción?", preguntó el diplomático.
(Edición de Angus MacSwan; traducido por Sabela Ojea Guix en la redacción de Madrid)