Por Leonardo Beassatto y Deborah Ely
PORTO ALEGRE, Brasil (Reuters) -Las autoridades interrumpieron el miércoles los esfuerzos de rescate en el sur de Brasil devastado por las inundaciones, en medio de más lluvias y el riesgo de rayos y fuertes vientos que amenazan con exacerbar una catástrofe que ya ha dejado al menos 100 muertos y a más de 163.000 personas buscando refugio.
Las inundaciones que comenzaron la semana pasada, provocadas por lluvias inusualmente intensas, han destruido carreteras y puentes en el estado de Rio Grande do Sul, fronterizo con Uruguay y Argentina.
"Lo hemos perdido todo", dijo Adriana Freitas en la capital del estado, Porto Alegre, donde el río Guaiba se desbordó e inundó las calles de la ciudad. "Es triste cuando vemos la ciudad, nuestra casa, en medio del agua. Parece que se acabó, que el mundo se ha acabado".
Al menos 128 personas siguen desaparecidas, dijo la autoridad de defensa civil del estado, instando a las personas que viven cerca de la laguna de Patos, al sur de Porto Alegre, a abandonar sus hogares de inmediato.
Soldados del Ejército utilizaron vehículos blindados anfibios para rescatar a personas de las inundaciones en Canoas, justo al norte de la ciudad, donde las aguas han alcanzado una profundidad de unos tres metros y las calles sólo se pueden cruzar en lanchas.
Un periodista de Reuters vio a un equipo de rescatistas voluntarios locales encontrar unos 20 perros varados en el segundo piso de una fábrica abandonada, y ofrecieron comida a aquellos que eran demasiado feroces para subirlos a bordo.
El ayuntamiento de Porto Alegre advirtió el miércoles por la tarde a los socorristas civiles que suspendieran sus operaciones, ante la previsión de lluvias, tormentas eléctricas y vientos superiores a 80 kilómetros por hora.
RIESGO DE MÁS INUNDACIONES
El centro nacional de desastres naturales de Brasil advirtió que la zona sur del estado de Rio Grande do Sul estaba bajo "alto riesgo" de sufrir más inundaciones, y se espera que las lluvias se reanuden después de una breve pausa.
El centro de meteorología MetSul dijo en un comunicado que la región podría enfrentarse a más inundaciones "muy grandes" y "de proporciones graves".
En el vecino Uruguay, tormentas e inundaciones causaron el cierre de carreteras y dejaron a casi 800 personas desplazadas y a más de 3.000 sin electricidad, dijo el Gobierno.
En Brasil, muchos residentes de Porto Alegre y sus alrededores, una ciudad de 1,3 millones de habitantes, han estado viviendo en la oscuridad después de que las compañías eléctricas cortaran el suministro eléctrico por razones de seguridad.
Los pobladores se enfrentan a la escasez de productos, especialmente de agua potable. Gerentes de los supermercados dijeron que no había acceso para los camiones de suministros ni para los empleados que intentaban ir a trabajar. En algunos supermercados se restringió la venta de agua mineral.
Las operaciones de rescate voluntario nocturnas en Porto Alegre también se vieron obstaculizadas por saqueos y la policía proporcionó seguridad mediante embarcaciones e incluso motos acuáticas.
"No saldremos a rescatar gente de noche sin una escolta armada porque se ha vuelto demasiado arriesgado", dijo a Reuters el voluntario Lauro Strogulski.
(Reporte de Andre Romani y Eduardo Simoes; editado en español por Javier Leira y Marion Giraldo)