En tiempos de tormentas financieras como las actuales o las próximas, mas devastadoras aún por venir, siempre los inversores astutos, poco atrevidos o con un perfil de riesgo muy controlado suelen buscar activos refugio para sus capitales. Esta es la razón del repunte del oro en los mercados financieros desde comienzos de año, que se ha revalorizado un 8%, mas o menos las mismas caídas de los índices internacionales.
Su principal catalizador para estas subidas de primeros de 2016 la encontramos en la ausencia de alternativas de inversión para los actores del mercado, así como la elevada volatilidad reinante o las dudas sobre el mantenimiento del crecimiento en EE.UU. están condicionando a los movimientos de capitales hacia el metal precioso.
Aunque esta alegría tan fácilmente conseguida a primeros de año por el metal se puede esfumar con una reducción de la volatilidad en los mercados. Mirando nuestro gráfico, detectamos que, por ahora, es un simple rebote por la sobreventa acumulada en sus mínimos de diciembre 2015 en los 1.050 dólares por onza.
Si en los próximos meses los datos macro tanto en China como en Estados Unidos hacen que los mercados vuelvan a su tendencia de fondo, no tendrá mucho sentido una subida vertical del precio del oro y lo podríamos volver a ver testeando los mínimos de diciembre.
Técnicamente, seguimos en tendencia clara bajista de mínimos decrecientes bastante bien canalizada su cotización y la ruptura de dicho canal bajista nos daría a entender el cambio de horizonte de inversión. La zona de 1.200 dólares por onza sería muy recomendable para entrar al mercado del lado alcista. Por ahora, aunque tengamos este fuerte rebote, su tendencia es bajista y seguiré pensando en cortos hasta que no active las señales mencionadas anteriormente.