Como parte de su procedimiento estándar de política monetaria, el Banco Nacional Suizo ha acumulado una cartera de acciones valorada en más de 130.000 millones de francos suizos. Según algunas fuentes, esto hace que el BNS sea el octavo inversor público más grande. La inversión sigue siendo pasiva según los índices de seguimiento. La inversión está fuertemente sesgada hacia los EE. UU., donde los formularios 13F presentados al 31/03/2017 muestran un valor de mercado de 80.000 millones de dólares en 2.534 valores.
Andrea Maechler del BNS ha declarado que el BNS evita a los bancos para prevenir conflictos de intereses. El BNS había comenzado a comprar acciones en 2005 después de un cambio en las leyes bancarias de Suiza, lo que le permite adquirir activos fuera de los bonos a corto plazo. Maechler ha declarado que el banco ha comenzado a votar por delegación en 2015. Sin embargo, al revisar los discursos publicados, hay poca orientación sobre los procedimientos de votación. Si bien las tenencias del BNS no están concentradas, el tamaño natural las convierte en una fuerza. Un hecho que no pasa desapercibido para los inversores activistas.
Ayer, un grupo de ONG le pidió en una carta abierta al BNS (o los representantes) que utilice sus derechos de voto en la reunión anual de Chevron (NYSE:CVX) para “mitigar el cambio climático y el respetar los derechos humanos y el medio ambiente”. A continuación, pasa a enumerar las cuatro propuestas que le presentaron al BNS para que vote a favor de ellas.
A estas alturas no hemos oído una respuesta por parte del BNS sobre esta solicitud. Hoy se llevará a cabo la reunión anual de accionistas de XOM, donde el BNS posee 15,56 millones de acciones. No está claro cómo será el voto del BNS en las nueve propuestas de los accionistas, elección de directores, compensaciones ejecutivas, etc. En el pasado, la Fed y el BCE se han mantenido al margen de poseer acciones individuales sólo por este conflicto de intereses. Será interesante ver cómo afronta el BNS esta cuestión.