El dólar australiano desde hace semanas está siendo de las monedas de peor rendimiento en el mercado. Tras haber comenzado la semana con fuerza, nuevamente se debilitó luego del comunicado del banco central de Australia, al mostrarse más cerca de una rebaja de tasas que a una suba. Si bien, esto fue una señal y no implica pronta acción, la perspectiva con respecto al comunicado anterior ha cambiado.
Las autoridades indicaron que para que se de una rebaja en las tasas verán como evolución la inflación. Esto implica que para ver si se “flexibiliza un paso más la política monetaria,” la inflación (o las expectativas inflacionarias) debería reducirse.
Esto lleva a que los próximos informes de inflación, a publicarse en la semana del 23 de abril, puedan ser grandes movedores del aussie. Aún no hay expectativas formadas sobre la evolución del índice de precios al consumidor y al productor, pero estas irán repercutiendo sobre el dólar australiano.
Perspectivas de una reducción importante en la tasa de los índices de precios, deberían de debilitar aún más al dólar australiano, mientras que si las perspectivas son de una continuidad en los niveles actuales o incluso una suba, podrían darle soporte.
Esto es así, ya que una menor inflación, aumentaría las probabilidades de una rebaja en las tasas de interés, mientras que lo contrario, favorecería un sostenimiento en su nivel actual.
De todas formas, además de la inflación, será clave ver la evolución de la economía australiana y también de las economías cercanas (incluyendo a China). Malos datos, darán más argumentos, no solamente para una caída del dólar australiano, sino también para que el banco central implemente una política monetaria más expansiva.