Recientemente, Daimler AG (DE:DAIGn) presentaba los resultados del ejercicio 2016, en los que se puede constatar una evolución ascendente, entre ellos la venta de más de 3 millones de vehículos, un 5% por encima del año 2015, nuevo récord histórico para la multinacional germana.
Asimismo, el fabricante de vehículos ha obtenido unos ingresos por valor de 153,261 millones de euros, un beneficio neto de 8,784 millones de euros, un free cash flow de 3,784 millones de euros y un EBIT de 12,902 millones de euros. Además, el dividendo a cuenta del ejercicio 2016 es de 3,25 euros por acción, lo que supone una distribución de 3,477 millones de euros. El próximo dividendo será pagado el 3 de abril.
Dejando a un lado los datos económicos voy a centrarme en su gráfico. Daimler, al igual que muchas otras empresas a nivel mundial, alcanzó su máxima cotización en marzo de 2015, en los 96,07 euros, máximo histórico. En ese instante, comenzó a caer por la devaluación de yuan chino, hasta llegar a los 50,83 euros en julio de 2016. La vela semanal nos dejó entonces una pauta de martillo, confirmada la semana posterior y que conduciría el precio de la acción hasta los 73,23 euros, máximo anual (2016). Lo que suponía un subida del 44,07% desde el mínimo hasta el máximo.
Sin embargo, los ascensos frenaron en seco al no poder los alcistas confirmar la ruptura de la resistencia de los 71,31 euros. Situación que le llevaría a una leve corrección hasta los 66,13 euros mínimo anual (2017). Esta semana pasada, los ascensos volvían pero en la sesión de jueves (22) y viernes (23) las subidas se frenaron ante la resistencia de los 71,31 euros.
Esto evidencia, en el corto plazo, la incapacidad de los alcistas a la hora de enfrentarse a la resistencia y cuya ruptura es fundamental para aspirar a los 78,84 euros siguiente resistencia importante y que además coincide con el objetivo medio propuesto por los analistas de inversión, en concreto los 78 euros y cuya recomendación es sobreponderar. Una vez más los objetivos por análisis fundamental van de la mano con los del análisis técnico.
Pero claro, para pensar en los 78,84 euros primero hay que destrozar la resistencia de los 71,31 euros. Siempre paso a paso, que las emociones pueden conducirnos a castillos de humo. En el corto plazo hay que vigilar los 66,13 euros que es el soporte más cercano y su pérdida confirmaría un cambio de tendencia en el corto plazo y cuya siguiente parada (soporte) serían los 60 euros.
No obstante, mi recomendación es mantener, mientras no se pierdan los 66,13 euros, con las miras puestas en los 78,84 euros, siempre y cuando nos dé permiso la resistencia de los 71,31 euros.