Volkswagen (DE:VOWG_p) se ha convertido recientemente en el mayor fabricante de automóviles del mundo, tras una encarnizada lucha con su gran rival la japonesa Toyota (T:7203), aunque la marca alemana sigue estando muy por debajo de los beneficios obtenidos por el fabricante japonés. No obstante, su proyecto “TOGETHER – Strategy 2025” sigue adelante con paso firme, cuyo objetivo es ser el líder tecnológico en fabricación de vehículos, soluciones de movilidad innovadores y un referente a seguir cuando se trata de medio ambiente, seguridad e integridad.
En los primeros nueve meses del 2016 obtuvo unos beneficios operativos de 11.300 millones de euros un 10,5% más que en los primeros 9 meses del 2015. En el mismo periodo ha vendido 3,2 millones de coches, algo por debajo del 2015 pero esto es debido a los problemas acarreados por el escándalo “diésel” o también llamado “emisiones”.
El año 2015 fue un total desastre para la cotización de Volkswagen, que no pudo escapar del tsunami procedente de China, con una devaluación de su divisa que pillo a los mercados de renta variable en paños menores y por si no fuera poco los rumores de una hipotética subida de los tipos de interés por parte de la Fed provocaba otro nuevo tsunami para la renta variable. Si estos dos grandes revulsivos que pusieron patas arriba a la renta variable a nivel global, no fueron poco. Volkswagen en septiembre puso el acelerador, al conocerse que había manipulado los datos de emisión de sus vehículos. Durante ese mes el precio de acción se desplomó un 37,04%. Si esta cifra ya resulta de pánico les diré que en solo 6 meses las perdidas iniciadas con la devaluación de la divisa China provocó una depreciación del 62,60%. Pasando de marcar un máximo en 2015 en los 254€ a los 95€, mínimo anual.
Desde los mínimos del 2015 el precio de la cotización ha ido moviéndose con fuertes vaivenes, es decir fuertes subidas y a continuación grandes caídas. Aunque a pesar de estos vaivenes que a más de un inversor habrá mareado el precio de la acción ha ido ascendiendo. Pasando de los mencionados 95€ mínimo del 2015 a cotizar 157,40€ máximo anual (2017), el pasado 25 de enero. Pero como viene siendo habitual en este valor todo lo que sube debe de bajar y así sucedió, desde el máximo citado anteriormente. Dirigiéndose el precio de la acción hacia la importante zona de soporte en los 142€ - 144,70€. No quiero dejarme atrás que desde diciembre del 2015 hasta principios de enero del 2017 el precio se ha ido moviendo en un triángulo ascendente, como podrán apreciar en el gráfico diario adjunto a este artículo.
Como comentaba a principios de enero, rompía la zona de soporte del triángulo ascendente y esto nos deja un objetivo teórico sobre los 182€. Sin olvidar que según Bloomberg el consenso de analistas que siguen este valor le dan un precio objetivo alto en los 200€ y una recomendación de mantener. La tendencia principal es alcista, la tendencia de medio plazo también es alcista y solo en el corto plazo tenemos una tendencia bajista. Los bajistas desde principios de febrero están presionando la zona de soporte de los 142€ - 144,70€ (antigua zona de resistencia del triángulo) y en la última semana los ataques a la banda superior del soporte han termino difuminándose ante la resistencia de los alcistas.
La zona de soporte es la clave. Si los bajistas rompen los 142€, muy posiblemente el precio caerá hasta los 136€, que es soporte y además estaría muy próximo a un posible objetivo por un segundo impulso bajista de Fibonacci pero insisto esto no está confirmado mientras no se pierdan los 142€, nivel clave a corto plazo y que reanudaría la tendencia bajista de corto plazo. Si estamos orientados al medio plazo deberíamos mantener posición mientras no se pierdan los 136,15€ y si vamos a largo plazo lo mejor sería cerrar posición si el precio cae por debajo de los 123,25€.