Érase una vez, el anuncio de una nueva generación de iPhone que zarandeó las acciones de Apple (NASDAQ:AAPL) e hizo entrar a sus adeptos en un frenesí. Ayer, en la presentación anual de nuevos productos de la compañía, celebrada cada otoño, se presentó un trío de nuevos smartphones: el iPhone 11, el iPhone 11 Pro y el iPhone 11 Pro Max.
Sin embargo, no fue la nueva incorporación de la icónica línea de productos lo que alimentó la emoción ni lo que acaparó los titulares. Más bien fue el plan de la compañía de unirse a la lucha en el mercado del vídeo en streaming, con una oferta que socavará a la competencia.
¿Ha llegado Apple a un punto de inflexión en el que las ventas de iPhone ya no son los robustos impulsores de ingresos que en su día fueron?
Las ventas de iPhone, de capa caída
Los tres últimos informes de resultados de Apple ilustran esta historia. Durante cada uno de los últimos trimestres, las ventas de iPhone han descendido. La temporada del cuarto trimestre, que incluye las vacaciones de Navidad, generalmente el mejor trimestre de Apple, experimentó un descenso del 15% de las ventas, de 61.100 a 51.900 millones de dólares. Las ventas del trimestre siguiente descendieron un 17%; en el último trimestre, que concluía en junio, las ventas de iPhone disminuyeron un 12%.
Por supuesto, esto no tiene por qué ser irreversible. Aunque las últimas versiones de iPhone tienen mejores cámaras, un procesador más rápido, un sistema operativo nuevo y nuevos colores, no son exactamente rediseños innovadores. En el pasado, la innovación realmente novedosa del iPhone era lo que impulsaba las ventas.
Después de unos deslucidos 2016 y 2017, el lanzamiento del iPhone X el 3 de noviembre de 2017 hizo dispararse las ventas, que aumentaron un 13% inmediatamente después del lanzamiento, se dispararon un 14% el trimestre siguiente, y ganaron un 20% más en el tercer trimestre tras el lanzamiento. Incluso si el ciclo de actualización de 2019 provoca una deslucida recepción de los clientes, los rumores sobre la versión de 2020 ya empiezan a revolotear.
Según la información del analista de Apple, Ming-Chi Kuo, conocido por su información privilegiada y precisas predicciones sobre los próximos movimientos de Apple, la próxima versión de iPhone tendrá un nuevo diseño e incorporará tecnología 5G. Y dado que la lealtad de la marca Apple sigue siendo fuerte, los móviles del año que viene podrían, de hecho, volver a impulsar las ventas.
Según dos encuestas recientes, el 90% de los propietarios de iPhone creen que su próximo teléfono será un iPhone. Eso es más que el 86% de Samsung (OTC:SSNLF) o el 84% de Google (NASDAQ:GOOGL). Claramente, los consumidores no abandonan a Apple, sólo están retrasando sus actualizaciones.
Por ahora, los servicios y los wearables mantienen el fuerte
Alrededor del 65% de los ingresos de Apple de 2016-2018 procedían de las ventas de iPhone. En 2019, la combinación de ventas se diversificó significativamente. En los últimos tres trimestres, las ventas de iPhone representaron sólo el 55% de las ventas de Apple, pero de una manera impresionante, Apple logró aumentar sus ingresos en el tercer trimestre.
El segmento de wearables de la compañía, principalmente el iWatch y los Airpods, ha crecido considerablemente en los últimos dos años, dando a Apple una nueva fuente de ingresos para compensar cualquier pérdida derivada del iPhone. En los últimos tres trimestres, los ingresos por wearables crecieron un 37%, de 13.100 a 17.900 millones de dólares. Hace dos años, ascendían a 9.600 millones de dólares.
Apple obviamente tiene la destreza de vender otros productos a su leal base de usuarios de iPhone. El segmento de wearables creció del 5% de los ingresos totales de Apple en 2017 al 10% en 2018, y en los últimos tres trimestres representó el 16% del negocio total de Apple.
Y todavía mejor, los ingresos por servicios están en máximos históricos. En los últimos nueve meses, este segmento aportó 33.000 millones de dólares, máximos históricos, un 16% más que en el mismo período de 2018.
Y el segmento de servicios de Apple todavía tiene mucho margen de expansión, comenzando con su servicio de streaming, que se lanzará el 1 de noviembre, que hará mella en sus competidores con su precio de 4,99 dólares, por debajo de las ofertas de sus rivales, tanto de Netflix (NASDAQ:NFLX) como de Disney (NYSE:DIS).
Apple también acaba de lanzar una tarjeta de crédito con Goldman Sachs (NYSE:GS), y ha anunciado la disponibilidad inminente de Apple Arcade, un servicio de suscripción de juegos de 4,99 dólares, dirigido a los jugadores de iPhone.
En última instancia, tanto los ingresos por wearables como por servicios dependerán del ecosistema del iPhone, pero una actualización anual no es un requisito para hacer crecer el ecosistema en sí. Incluso los consumidores con versiones más antiguas del teléfono inteligente son propensos a comprar accesorios y servicios.
Conclusión
No hay razón por la que Apple tenga que lanzar un nuevo iPhone cada año para seguir siendo una de las empresas más grandes y rentables del mundo. En realidad, Apple parece estar optimizando su realidad expandiendo y diversificando su oferta de iPhone justo cuando el mundo está hambriento de algo nuevo. La verdadera receta secreta de Apple se ha convertido en su complicado ecosistema, algo a lo que la compañía sigue sacando beneficio de forma muy inteligente año tras año.