"Otra vez el termómetro marcando zona de proximidad de Wall Street, la madre de todas las bolsas, que está en zona de complacencia extrema. La complacencia nunca es buena y el exceso de complacencia es aún peor. Una lección para cualquier sector de actividad económica, para la política, la familia y los órdenes de la vida en general", me cuenta el CEO de una importante gestora
"Se vuelve a hablar hasta la reiteración cansina del exceso de complacencia en los mercados. Pese al empeño de unos y otros, pese la convicción propia, siempre interesada, de que Wall Street ya no es lo que era y que el dinero se traslada desde los mercados estadounidenses a Europa, porque aquí están ahora las oportunidades, la realidad tira por tierra cualquier supuesto o proyección que no cuente con el consentimiento de la mayor bolsa del mundo. Lo vimos ayer, lo veremos mañana y lo seguiremos viendo pasado mañana".
"En el pasado hemos visto en numerosas ocasiones cómo los inversores pasan de un extremo a otro con demasiada facilidad, del exceso de confianza a la desconfianza; del optimismo al pesimismo; de la euforia al pánico. Hay que huir de esto último, lo que me lleva a plantearme si los bancos centrales también son demasiado confiados sobre sus posibilidades de actuación en situaciones de pánico. Especialmente si aún mantienen ataduras entre lo que les gustaría hacer y lo que les permiten sus mandatos".
"Esperemos que el cambio de rumbo en la política monetaria no trastorne mentes ni gripe los motores de los potentes ordenadores que mandan en éstas y otras tantas cosas. Y recuerden: aquí manda Wall Street. Como siempre".
En esta ocasión conviene considerar el siguiente apunte, porque puede cambiar mucho la aguja del reloj: 10 empresas, alguna de ellas con escasos beneficios, han impulsado un 225% a Wall Street desde 2008.
Las políticas monetarias ultra laxas de los últimos años han venido acompañadas de una política decisiva de reflación de activos, cuya potencia ha permitido logros insospechados, como un aumento de la capitalización bursátil en Estados Unidos desde los 6,1 billones de dólares de 2009 hasta los 21,9 actuales.
Un aumento del 225% en los 99 meses transcurridos desde que inició la trama, casi un +17% anual, liderado por las 10 grandes empresas pero muchas de ellas apenas generan beneficios y sus ratios de valoración han subido al espacio estelar. Amazon (NASDAQ:AMZN) cotiza con un PER de 182 veces o Netflix (NASDAQ:NFLX) de 199 veces.
Comparativamente con el resto de mercados, la subida del estadounidense ha sido la más potente y bien por encima de mercados europeos, japonés o chino, mientras que la recuperación de su PIB está siendo frágil y sin duda la recuperación más baja desde la Segunda Guerra Mundial.
Así, los niveles de valoración alcanzados por el mercado de Estados Unidos son los segundos más disparados de la historia, tras los del año 2000, y el mercado estadounidense es además el más caro entre los de economías desarrolladas.
La política de reflación de activos previsiblemente continuará como contrapeso al endurecimiento monetario y también de alguna forma contrarrestará la caída que viene sufriendo el crédito en los últimos meses. Aún está por ver cómo evolucionará esta caída en la marcha económica en el próximo futuro, históricamente ha sido un factor que ha anticipado enfriamiento económico.