Netflix (NASDAQ:NFLX) ha subido un 37% en lo que va de año, considerablemente por encima de la subida de menos del 20% del NASDAQ. Y aunque el gigante del video en streaming ha ofrecido una actuación sólo ligeramente mejor que el resto de los miembros del grupo FAANG — Facebook Inc (NASDAQ:FB) +34%, Apple (NASDAQ:AAPL) +25%, Amazon (NASDAQ:AMZN) +26%, con la excepción de Google (NASDAQ:GOOGL), que sube sólo un 3%— la recuperación de Netflix se ha convertido en un referente para otras empresas.
Pero la mayor parte de esta drástica recuperación tuvo lugar en enero cuando las acciones subieron un 27% tras la positiva presentación de resultados del 4T. Después de eso, a pesar de superar tanto los ingresos como los beneficios de su informe del 1T del 16 de abril, las negativas previsiones de la empresa, agravadas por la dimisión de su directora de marketing, Kelly Bennett, dejaron sin fuelle las acciones. Ahora están un 2,5% por debajo de su precio del 17 de abril.
¿Y ahora qué? Bueno, eso no está claro.
Hay quienes, como el analista de RBC Capital, Mark Mahaney, esperan que las acciones dupliquen su valor de aquí a tres años gracias a su creciente introducción en el extranjero, sus buenos datos de satisfacción del cliente y un gran aumento de contenido para mantener a los televidentes pegados a sus pantallas. Al otro lado tenemos a Gene Munster, socio y cofundador de Loup Ventures. Él no es tan optimista, debido al aumento de los costes y el aumento de la competencia, y cree que la empresa ha tocado techo.
David Trainer, de Sum Zero, cree que las acciones se desplomarán, citando su elevadísimo gasto y dice que el crecimiento de suscriptores debería tenerse en cuenta a menos que la empresa sea capaz de monetizar su contenido original antes de que la competencia vaya aumentando su cuota de mercado. Haría falta que la mitad de la población mundial se suscribiera al servicio de streaming para justificar su valoración de 350 dólares por acción, lo que Trainer considera poco realista.
Nos inclinamos a coincidir con las previsiones de este último, que se basan en los técnicos de las acciones de la empresa.
El patrón de trading ha estado formando la parte superior de un gráfico de cabeza y hombros. La MMD 200 deshace la línea de escote del patrón, subrayando su importancia y aumentando las previsiones pesimistas si no consigue respaldar el precio.
El objetivo implícito es 300 dólares, una cifra redonda psicológica que aumenta el interés creado en máximos de diciembre.
Sin embargo, si la empresa vuelve a zarandearse por alguna mala noticia, como una decepción en el informe de resultados del 2T a mediados de julio, las acciones caerían por debajo de sus mínimos de diciembre. Entonces registrarían el segundo valle requerido para confirmar una tendencia bajista a largo plazo (según la interpretación más benévola que incluye el pico de junio de la tendencia alcista).
Estrategias de trading
Los traders conservadores esperarán un cierre por debajo del nivel de 330 dólares para minimizar el riesgo de una trampa para bajistas, y luego esperarán hasta que el movimiento de retorno esperado confirme la resistencia de la línea de escote o la MMD 200, con al menos una sola vela larga roja envolviendo una vela verde o una pequeña de cualquier color.
Los traders moderados podrían contentarse con un cierre por debajo de los mínimos de 332 dólares, seguido de un retroceso para una mejor opción de entrada pero no necesariamente hasta comprobar la reversión.
Los traders agresivos podrían arriesgarse a posicionarse en corto tras un cierre por debajo de la MMD 200. Sin embargo, esperar una corrección al alza proporcionaría una relación riesgo-recompensa mucho más razonable.
Ejemplo de operación
- Entrada: 340 dólares
- Orden de minimización de pérdidas: 345 dólares
- Riesgo: 5 dólares
- Objetivo: 325 dólares
- Recompensa: 15 dólares
- Relación riesgo-recompensa: 1:3