Es cierto que todo el mundo se acerca a los mercados financieros con el único objetivo de rentabilizar las inversiones. También es cierto que el ser humano no esta acostumbrado a perder, y lo interioriza como algo malo, pero en bolsa es parte del negocio. No existen sistemas que acierten en el 100% de las ocasiones. Por eso cuanto antes las aprendamos a aceptar, antes progresará nuestra operativa.
También es cierto que aceptar que podemos perder dinero, no nos convertirá en ganadores, pero si supondrá el primer paso hacia la consistencia. Aparte de aceptar las pérdidas dentro de nuestro sistema, necesitamos una gestión monetaria que se preocupe de nuestro capital. Para realizar una buena gestión monetaria sabiendo que podemos tener pérdidas, debemos de establecer el riesgo máximo que estoy dispuesto a exponer por operación. Esto significa determinar un importe que puedo perder en cada operación sin que mi capital sufra en exceso. Lo suyo es determinar ese riesgo en base a un porcentaje de mi capital. Porque hemos de arriesgar capital, ya lo dice el dicho sin riesgo no hay gloria. Además, debemos de arriesgar un capital porque en renta variable siempre hay algún riesgo, como hemos dicho al principio no se puede ganar siempre, pero si podemos determinar lo máximo que estamos dispuestos a perder.
En bolsa hay dos formas de ganar dinero, teniendo un ratio de acierto elevado, o teniendo un ratio beneficio/riesgo óptimo.
- El ratio de acierto no es más que la cantidad de operaciones acertadas comparadas con el total de tus operaciones.
- El ratio Beneficio/Riesgo, en que las operaciones exitosas reporten mayores beneficios que las pérdidas resultantes de operaciones fallidas.
Lo correcto es ajustar ambos ratios. Es decir, si sabemos nuestro ratio de acierto, podemos calcular cual es el ratio beneficio/riesgo óptimo para mi operativa. De tal manera que un inversor puede ganar dinero, acertando tan solo 2 de cada 10 operaciones que abre, si respeta su ratio beneficio/riesgo. En el ejemplo anterior ese ratio corresponde a 4,1. Es decir, significa que dicho inversor solo puede abrir operaciones que de inicio tenga la posibilidad de ganar 4,1 veces el dinero que esta arriesgando en la operación. De salir mal esta operación el inversor perderá, por ejemplo, 50€, pero si sale bien ganará 205€. De esta manera, aunque su ratio de acierto sea tan malo, el tendrá un sistema rentable.
Para asegurarnos que la pérdida máxima es la que nuestro sistema marca, debemos de utilizar los famosos stop loss. Son los que nos librarán de grandes pérdidas, y nos ayudarán a controlar nuestro riesgo. Los Stop Loss debemos de situarlos en una zona donde la operación ya no tenga sentido, es decir, si nuestra operativa es alcista, debemos situar el stop loss por debajo de un soporte, por ejemplo. Porque de perder el soporte, es probable que éste ejerza de resistencia, por lo que al precio le costará continuar subiendo.
Para finalizar me gustaría resaltar la importancia de asumir las pérdidas con naturalidad. Lo importante no es tener más aciertos que fallos, porque ya hemos visto que ese no tiene porque ser un inconveniente. Lo importante es tener un sistema que asuma ciertas pérdidas y aún así sea ganador.
“En bolsa para ganar, hay que saber perder”.