Avanza el pago electrónico de programas sociales en América Latina y el Caribe
Durante 2010, en América Latina y el Caribe (ALC), un total de 17 países operó a escala nacional al menos 18 programas de transferencias monetarias condicionadas (TMC). Estos programas atienden cerca de 26.6 millones de familias y cuentan con 115.1 millones de beneficiaros, equivalente a 22% de la población total en esos países
Para los ejecutores del gasto, los pagos electrónicos proporcionan una alternativa que reduce los costos de transacción y administración a la vez que reduce la incidencia de desvíos, transparenta la ejecución del gasto y facilita su auditoría. Adicionalmente, el pago electrónico proporciona también ventajas a los beneficiarios, al reducir el tiempo y costo de recibir sus apoyos
Si bien la dispersión electrónica de pagos en sí misma no genera inclusión financiera, sienta las bases para familiarizar y proveer de servicios financieros a los beneficiarios de los programas sociales, al acercarlos a instrumentos y agentes del sector bancario formal
Más del 80% de la población de ALC beneficiada por programas TMC recibe los recursos a través de medios de pago electrónico que permiten dispersar los apoyos de forma que se facilite la inclusión financiera
La escala de estos programas varía entre países, cubriendo desde un mínimo de 4% de la población total en Costa Rica hasta 42% en Ecuador, con apoyos mínimos anuales que fluctúan entre los 94 USD en Bolivia, hasta 684 USD en Argentina
En México, Oportunidades atiende a cerca de 27 millones de beneficiarios que reciben como mínimo un beneficio anual equivalente a 616 USD, ubicándolo como el segundo programa más grande en ALC tanto por el número de beneficiarios como por el monto entregado, después del programa Bolsa Familia que opera en Brasil
BBVA-Research estima que en México la migración hacia el pago electrónico de los programas Oportunidades y Apoyo Alimentario (dos de los más importantes de alivio a la pobreza), podría generar ganancias en eficiencia los 8,300 millones de pesos, equivalentes a 0.1% del PIB
La evidencia sobre demanda de servicios financieros formales y la escala de operación que han alcanzado algunos de estos programas, abren una ventana de oportunidad para que la banca comercial ofrezca sus servicios a la población de menores ingresos
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