Aprobación de una amplia gama de medidas: tipos de referencia 25 pb más bajos, provisión de liquidez hasta un máximo de 3 años, avales más flexibles y requisitos de reservas
Revisión significativa a la baja de las previsiones de crecimiento del PIB para 2012, con un riesgo de desaceleración “considerable”
Tal como se esperaba, no se han producido noticias acerca del aumento de las compras de bonos. El papel como prestamista de último recurso sigue estado cerrado
No podemos descartar que el BCE baje los tipos por debajo del 1% si fuese necesario
En la reunión de política monetaria celebrada hoy, el BCE anunció una amplia gama de medidas para afrontar el deterioro de la actividad económica y los graves problemas de financiación a los que se enfrentan los bancos europeos, en un contexto marcado por la creciente preocupación por los síntomas de mal funcionamiento de los mercados monetarios. Todas las medidas son positivas, considerando las dificultades continuadas que plantea la financiación de los mercados durante un periodo muy prolongado, y teniendo en cuenta los enormes vencimientos a los que deberá hacer frente el sistema bancario europeo durante 2012, concentrados principalmente en el primer trimestre del año. La reacción del BCE muestra su preocupación por una posible crisis crediticia en la zona euro.
Tal como esperábamos, el BCE redujo los tipos de referencia en 25 puntos básicos, hasta el 1%, tras otro recorte de 25 puntos básicos anunciado en noviembre. Esta decisión no se tomó por unanimidad, pero el Sr. Draghi dejó claro que las discrepancias no se referían a la esencia, sino únicamente al momento. También como era de esperar, el BCE anunció el alargamiento de las operaciones de financiación ilimitada a largo plazo hasta un máximo de tres años para las dos nuevas ORLP. La primera operación se asignará el 21 de diciembre de 2011 y sustituirá a la ORLP a 12 meses anunciada el 6 de octubre de 2011, mientras que la segunda se asignará el 29 de febrero. Las nuevas operaciones serán flexibles, en el sentido de que existirá la opción de un reembolso anticipado al cabo de un año.
Como se esperaba, tras las recientes declaraciones del Sr. Draghi, el BCE anunció una política de avales más flexible con el fin de facilitar el acceso de los bancos europeos, especialmente las entidades pequeñas y medianas, a la liquidez ofrecida por el BCE. Asimismo, el BCE permitirá a los bancos centrales nacionales aceptar temporalmente como avales para las operaciones de crédito del Eurosistema reclamaciones de créditos vigentes que cumplan criterios específicos. Además (y en este caso fue un anuncio inesperado), el BCE decidió reducir el coeficiente de reservas del 2 al 1% a partir del periodo de mantenimiento de reservas que comienza el 18 de enero de 2012 (esta medida también aumentaría los avales a disposición de los bancos).
Por lo que respecta al Programa para los Mercados de Valores (SMP), el Sr. Draghi mantiene la postura oficial sobre la prohibición establecida por el Tratado sobre financiación monetaria e hizo referencia al espíritu del Tratado. Esto significa que no cabe esperar que el BCE actúe como prestamista de último recurso (como están actuando actualmente otros bancos centrales), considerando su compromiso con el espíritu del Tratado. Sin embargo, el Sr. Draghi cambió el discurso en relación con su política de compras de bonos, es decir, en lugar de emplear los "términos temporales y limitados del SMP" citados anteriormente, señaló que "el SMP no es eterno ni infinito, no queremos burlar el Artículo 123". En estos momentos, el BCE no está dispuesto a incrementar de forma masiva sus compras de bonos, y concretamente no declarará de forma explícita que está dispuesto a defender los bonos soberanos en la zona euro, lo cual sería una manera sencilla de prestar apoyo a los mercados de bonos a bajo coste. Parece haber una puerta abierta ("jurídicamente muy complejo"... "el BCE no es miembro del FMI") para prestar dinero al FMI, pero siempre conforme al espíritu del Tratado.
De cara al futuro, las previsiones de los economistas del BCE han revelado una significativa revisión a la baja del crecimiento del PIB para 2012, con una reducción de la previsión del punto medio del 1,3 al 0,3%, mientras que para 2013 la previsión del crecimiento del PIB se ha fijado en el 1,3%. Y lo que es más importante, la valoración que hace el Consejo de gobierno de los riesgos para la actividad económica se describe como "considerables riesgos a la baja", que "... en particular están relacionados con una nueva intensificación de las tensiones en los mercados financieros de la zona euro y su posible incidencia en la economía real de la zona euro". Según nuestras previsiones (actualizadas con los datos que van llegando para el 4T), se espera que la zona euro crezca en torno al 0,5% en 2012 de acuerdo con el escenario de referencia, cuya probabilidad ha ido disminuyendo durante los últimos meses, mientras las tensiones financieras siguen siendo elevadas. Por lo que respecta a la inflación, la previsión de los economistas del BCE apunta a una caída hasta el 2% como promedio en 2012 (del 2,7% en 2011) y hasta un 1,5% en 2013. En términos generales, los riesgos siguen siendo equilibrados, según el Consejo de gobierno. En el turno de preguntas, el Sr. Draghi mencionó el riesgo de deflación de la siguiente manera: "En estos momentos no vemos una alta probabilidad de deflación”. Por tanto, considerando 1) la muy baja previsión de crecimiento de los economistas del BCE para 2012 y 2) la valoración de los riesgos de inflación y, especialmente, las perspectivas económicas, seguimos pensando que no se pueden descartar recortes adicionales de los tipos si se materializan estos riesgos. Sin embargo, por ahora, el BCE adoptará una postura de espera.
El Sr. Draghi habló del concepto de "pacto fiscal" que mencionó en el Parlamento Europeo como requisito para una acción más decidida por parte del BCE. Esto incluye tres elementos:
1) compromiso a nivel nacional con la consolidación fiscal y con políticas para mejorar la competitividad;
2) compromiso a nivel europeo para un rediseño de las normas fiscales, incluido un control ex-ante y normas de aplicación automática; y
3) 3) implantación del mecanismo de estabilización ("mi preferencia en este sentido es acudir primero al FEEF y después al MEE", lo cual podría interpretarse como un rechazo a la idea de combinar recursos del FEEF y del MEE, al tiempo que se adelanta la puesta en marcha de este último, como se ha rumoreado recientemente).
Estos tres puntos son bastante evidentes, y en cualquier caso el Sr. Draghi sigue ejerciendo presión sobre los países de la zona euro antes de la celebración de la cumbre para que pongan en marcha sus planes de reforma. Señaló dos puntos cruciales para la cumbre: elaborar un proceso jurídico creíble en relación con las normas fiscales y actuar con rapidez (la rapidez de implantación es importante, presumiblemente porque el BCE desea intervenir únicamente hasta que el FEEF se encuentre plenamente en marcha).