Un aumento de los precios del petróleo y el oro al comienzo de la semana presenta una propuesta complicada para los inversores, ya que las esperanzas sobre las vacunas y las terapias se enfrentan con las posibles medidas de confinamiento ante el gran aumento de los casos de COVID-19.
Los precios del crudo suben más de un 1%, ya que las esperanzas de que la OPEP+ mantenga los niveles de producción actual van a eclipsar las preocupaciones en torno al descenso de la demanda de combustible como resultado de un aumento de las infecciones por coronavirus y el aumento de la producción de Libia.
En cuanto al oro, los precios de los futuros y los lingotes subieron mientras los inversores buscaban cobertura tras el descenso de la actividad económica en los países y en los estados de Estados Unidos donde se impusieron normas de seguridad más estrictas debido a los aumentos de casos de coronavirus.
Sube el petróleo tras los alentadores datos de Asia
Las cifras que muestran repuntes de la segunda y tercera economía más grandes del mundo, China y Japón, también han respaldado el petróleo durante la jornada de negociación de este lunes en Asia. El impulso adicional provino de los datos que señalaban que las refinerías chinas han procesado la mayor cantidad de crudo de la historia en octubre en términos diarios.
"Los datos económicos de Asia superan consumientemente el rendimiento de los datos en general, lo que sugiere que la recuperación del consumo de la región va a continuar", dijo Jeffrey Halley, analista de la neoyorquina OANDA, con sede en Sídney.
"Aunque el COVID-19 asestará un gran golpe a los datos económicos de Estados Unidos, los de Asia están en el buen camino, de manera que las presiones bajistas han disminuido”.
El West Texas Intermediate de Nueva York, principal barómetro para el crudo estadounidense, sube 53 centavos, o un 1,3%, hasta 40,66 dólares por barril a las 6:46 horas (CET).
El petróleo Brent de Londres, de referencia mundial, sube 42 centavos, o un 1%, hasta 43,20 dólares.
Las ganancias se producen al subir los futuros del Dow de Wall Street más de un 1%, lo que apunta a una apertura al alza de Wall Street en Nueva York.
Tanto el WTI como el Brent subían más de un 8% la semana pasada, ya que ya que la superexuberancia de los inversores después de que los progresos reportados en los ensayos de la vacuna del COVID-19 de Pfizer (NYSE:PFE) desencadenara un repunte masivo de los activos de riesgo al comienzo de la semana.
Pero a medida que avanzaba la semana, las extremadamente complicadas condiciones de almacenamiento de la vacuna de Pfizer, así como la difícil logística de entrega se pusieron de manifiesto, reduciendo esas ganancias.
Precios del oro mixtos
En el caso del oro, los futuros de Estados Unidos para entrega de diciembre suben 1,20 dólares, o un 0,1%, hasta 1.887,40 dólares, tras dejarse un 3,4% la semana pasada —su cota más alta en términos semanales desde finales de septiembre.
El oro al contado, que refleja las operaciones en tiempo real con lingotes, logró mantenerse en territorio positivo en la jornada de este lunes en Asia, subiendo 43 centavos, o un 0,02%, hasta 1.889,91 dólares.
Los futuros del oro se han desplomado este lunes más de 100 dólares por onza, o un 4,5%, su peor caída intradía desde agosto. El viernes, sin embargo, este refugio seguro había recuperado algunas de sus pérdidas, actuando como una cobertura contra el aumento de los casos de COVID-19.
Puede que la implantación de importantes medidas de confinamiento similares a las del período marzo-mayo en Estados Unidos sea inevitable si el suficiente número de gobernadores estatales deciden cerrar los territorios de su jurisdicción para frenar la propagación del virus, incluso aunque la Administración Trump se niegue a iniciar tal movimiento.
El temor al colapso de las UCIs de los hospitales ha resurgido esta semana pues las infecciones por coronavirus han registrado nuevos máximos históricos diarios, superando los 184.000 casos el viernes. Según la Universidad Johns Hopkins, más de 11 millones de estadounidenses han contraído el virus desde febrero, y más de 246.000 han muerto a causa de complicaciones causadas por él.
La posibilidad de un segundo confinamiento a nivel nacional es bastante real, y el asesor del grupo de trabajo de coronavirus del presidente electo Joseph Biden, el doctor Michael Osterholm, ha dicho que un cierre de los negocios de entre cuatro y seis semanas podría ayudar a frenar la pandemia.
No sólo Estados Unidos se enfrenta a escollos económicos. En Europa, el operador de autopistas Vinci (PA:SGEF) informaba el viernes de que el tráfico descendió un 48% en la primera semana completa de noviembre en respuesta a las últimas medidas de salud pública del Gobierno francés. Las medidas de la segunda economía de Europa permanecerán en vigor al menos hasta el 1 de diciembre. Inglaterra también ha ordenado el confinamiento, y la canciller alemana, Angela Merkel, advirtió el viernes de que las recientes restricciones de su Gobierno a las reuniones sociales podrían mantenerse hasta año nuevo.
Todo esto podría significar una volatilidad excesiva para el petróleo y el oro.
Desde que el crudo estadounidense registrara máximos de 10 semanas en más de 43 dólares el miércoles, ha revertido ganancias con pérdidas de unos 3 dólares por barril.
En el caso del oro, la oscilación entre 1.850 y 1.900 dólares por onza podría convertirse en algo semipermanente, a menos que se apruebe en año nuevo el estímulo económico para el COVID-19 en Estados Unidos, impulsando el oro.
"Hay temores de una segunda oleada con medidas de confinamiento y restricciones y el mercado tiene que conseguir implementar (algunos) estímulos" para la economía estadounidense, dice Eli Tesfaye, estratega senior de RJO Futures. "Por lo tanto, en algún momento el mercado tiene que anticipar ese efectivo y precio en la inflación potencial".