Todo comienza con un hundimiento del mercado bursátil. Los temores se tornan preocupaciones mientras las noticias hablan de batacazo y se empieza a especular con la posibilidad de que el deterioro sea aún más grave. Entonces la preocupación se tiñe de ansiedad y la volatilidad degenera en depresión.
Experimentar desasosiego cuando el mercado atraviesa turbulencias o en los mínimos de las malas rachas es normal. Además, su impacto no se limita a los pensamientos, ya que, según un trabajo de 2014 de la Universidad de California en San Diego, las fluctuaciones diarias de la bolsa pueden ejercer un efecto prácticamente inmediato en la salud de los inversores. El estudio reveló que los desplomes financieros suelen venir acompañados de un incremento del número de visitas al hospital en los siguientes dos días, sobre todo por consultas relacionadas con la salud mentali.
Aparte el coste físico y psicológico, la ansiedad financiera puede precipitar la equivocación si los inversores se dejan dominar por las emociones y poner en peligro sus objetivos financieros a largo plazo. De todos modos, siguiendo ciertos pasos es posible combatir la angustia y evitar así los costosos errores de inversión que podrían comprometer su futuro financiero.
Descansar de las noticias
La adicción que provocan las redes sociales y el ruido mediático representa un potencial inagotable de tensión durante las caídas del mercado. Conviene estar informado, si bien estar pendientes de la más mínima actualización de los eventos del mercado y las redes sociales puede ser contraproducente para sus objetivos de inversión a largo plazo si no es capaz de distanciarse de ellos con cierta perspectiva. Considere tomarse un descanso de las novedades para no perder el norte, tal vez sea suficiente con limitar el tiempo al día o a la semana que está expuesto a los medios. Infórmese pero intente no obsesionarse con los movimientos del mercado del día a día y póngase en alerta para detectar el sensacionalismo y las opiniones en los contenidos que consume, comparándolos con hechos verificables. Las redes sociales y los blogs, en concreto, suelen hacerse eco de la información de forma apresurada o basándose en análisis poco exhaustivos. Por ello, no baje la guardia y evite los consejos de medios que carezcan de ética o conocimientos, si no ambos.
Si, además de desconectar, adopta otros comportamientos positivos, los posibles beneficios son aún mayores. Por ejemplo, cuando sienta que su ánimo cede ante la espiral de mensajes negativos, pase más tiempo fuera de casa, dé un paseo, inicie un proyecto o practique ejercicio para refrescar la mente.
Procure sentirse al mando de sus finanzas
Con frecuencia la ansiedad surge por una sensación de falta de control. Quizás sienta que los acontecimientos le superan y se vea incapaz de hacer nada al respecto. Por más que las oscilaciones del mercado efectivamente no dependan de usted, durante una corrección del mercado hay una serie de acciones con las que recuperar la percepción de que sujeta el timón de sus finanzas y, con ello, aplacar la desazón.
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Ponga sus finanzas en orden. Las inversiones no son más que una parte de su situación económica completa. Revise todo aquello que esté en su mano cambiar: si no tiene un plan financiero, siéntese con todos aquellos afectados por su presupuesto mensual y ordene sus necesidades; si ya lo tiene, analice sus gastos hasta que sepa con detalle adónde va su dinero. A continuación, valore la posibilidad de recortar cualquier exceso. Para cubrir sus exigencias financieras a corto y medio plazo, compruebe si cuenta con un fondo de emergencia –o si este está en construcción– dotado con al menos el importe de tres meses de gastos: podría revelarse útil si se enfrenta a contingencias inesperadas o pierde una parte de sus ingresos.
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Revise sus objetivos de inversión, reequilibrando su cartera si fuera necesario. Si ya cuenta con un plan financiero, pero hace tiempo que no revisa sus objetivos, sobre todo a la luz de los eventos más recientes, quizá sea un buen momento para hacerlo. Si resulta que sus metas de cara al futuro han cambiado desde entonces o bien la distribución de su cartera difiere mucho de ser ideal, acaso deba reequilibrarla para no desviarse de su camino.
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Considere no hacer nada como una decisión activa. Cuando los mercados se desmoronan, a veces se siente que a uno le ocurre lo mismo. El impulso de actuar es natural, ya que es posible que otros estén saliendo del mercado y le insten a hacer lo mismo, pero esto podría alejarle de sus objetivos financieros si vende en el momento más inoportuno y luego se pierde el siguiente rebote del mercado. En estas situaciones no hacer nada puede ser la mejor opción si su plan de inversión es prudente y se enmarca en una asignación de activos óptima; quizás no le haga sentir bien en su momento, pero enfóquelo desde otro punto de vista, como una decisión activa de ceñirse a un plan que probablemente dé sus frutos si es capaz de mantener la disciplina a largo plazo.
Busque la ayuda de un asesor de confianza
La ansiedad financiera puede llegar a desbordarle, conque, si bien estos ejercicios están dirigidos a inducirle calma y una mayor sensación de control, no olvide que no ha de atravesar este trance solo. Trabajar junto a un profesional financiero acreditado es buen remedio para mitigar los nervios. Si todavía no lo hace, quizás este sea un buen momento para empezar. Piense en un asesor como en un consejero, alguien que puede ayudarle a atenerse a sus planes financieros con independencia del entorno que afronte.
Su gestor financiero debería enseñarle los sesgos cognitivos más habituales en el mundo de la inversión como la aversión a las pérdidas, esa tendencia humana según la cual sentimos el dolor de las pérdidas con una mayor intensidad que el placer de las ganancias. Es la responsable de que muchos inversores vendan acciones tras un crac del mercado y se pierdan el subsiguiente rebote mientras esperan el momento oportuno para volver al mercado. Hablar abierta y honestamente con un profesional financiero le evitará errores que podrían elevar más de la cuenta la probabilidad de no alcanzar sus objetivos financieros a largo plazo. Cuanto más sincero sea con él, más le ayudará a desenvolverse con éxito en las inversiones. Un experto tendrá en cuenta sus dudas, preguntas, pasiones y miedos para personalizar su servicio de modo que adquiera una mayor confianza en su plan.
La ansiedad financiera es un problema habitual. El empleo de algunas de estas técnicas para conseguir un mayor control y seguridad puede ser un importante primer paso hacia un porvenir financiero más próspero.
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i Joseph Engelberg y Christopher A. Parsons. “Worrying about the stock market: Evidence from hospital admissions” (‘Preocupación por el mercado de valores: la evidencia de los ingresos hospitalarios’), Escuela de Administración de Empresas Rady, Universidad de California en San Diego, octubre de 2014. https://rady.ucsd.edu/faculty/directory/engelberg/pub/portfolios/HEALTH.pdf