Leo con atención las grandes expectativas económicas de Pfizer (NYSE:PFE) para este año y el próximo. Espera vender 36.000 millones de dólares en 2021 de la vacuna para el COVID-19 que desarrolló con su socio alemán BioNTech (NASDAQ:BNTX) y otros 29.000 millones de dólares en 2022, lo que en ambos casos supera las estimaciones de los analistas.
Además, asegura que su nueva píldora contra el Covid será capaz de evitar las formas graves de la enfermedad en el 89% de los casos. La nueva píldora llenará aún más los bolsillos de la farmacéutica, que se “ha comido” a sus principales rivales, Moderna (NASDAQ:MRNA) y Johnson & Johnson (NYSE:JNJ), en la carrera por el liderazgo de las ‘soluciones anti-Covid’.
Mientras, la economía mundial ya sufre los grandes efectos colaterales del coronavirus.
La producción manufacturera global crece al menor ritmo en varios meses, con retrasos récord en los plazos de entrega.
“No tenemos piezas para fabricar camiones. Por lo menos en 1 año no tendremos ninguno en el mercado”, me dice un empleado de una empresa de logística.
La escasez de determinados productos, debido a la crisis global de suministro, apuntala la presión sobre la inflación, lo que hace que los expertos prevean un aumento (de nuevo) de los precios.
En la última presentación de resultados de Amazon (NASDAQ:AMZN), su consejero delegado, Jeff Bezos, ha reconocido que la multinacional norteamericana incurrirá en miles de millones de dólares en costes adicionales durante el último trimestre de 2021, debido a la escasez de mano de obra, el aumento de los costes salariales y los cuellos de botella en la cadena de suministro global.
Tim Cook, CEO de Apple (NASDAQ:AAPL), admite que la crisis de los componentes ha tenido un impacto de 6.000 millones de dólares menos de ingresos durante el tercer trimestre.
Sin esta falta de componentes y de suministro, Apple hubiera rozado los 90.000 millones de dólares en ingresos, recoge Xataka.
Esto no es nuevo. Las grandes tecnológicas ya vienen avisando desde hace tiempo que 2021 y 2022 serían años duros.
La época de la postpandemia no es fácil, y la crisis de los países desarrollados provoca estas faltas de mano de obra, de suministros, de componentes… Y todo desemboca en el llamado cuello de botella.
Y afecta a todos los sectores. Maersk (CSE:MAERSKa), la naviera más importante del mundo, alerta de que la crisis de suministros va para largo.
Según un informe de Bloomberg Economics, no se ve el final de la crisis a corto plazo “por la incapacidad del mundo para encontrar una solución rápida y porque en algunas regiones la crisis de 2021 sigue empeorando”.
China ya ha recomendado a sus ciudadanos que vayan almacenando productos básicos por la escalada de precios y la crisis de suministros. En el gigante asiático, muchos productos han duplicado su precio.
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En el resto del mundo, pasa lo mismo.
A las puertas de la Navidad, la histeria colectiva no solo ha hecho que la gente tenga ya preparado en su congelador toda la comida para las celebraciones familiares, sino que productos como bombonas de butano, camping gas, linternas, pilas, velas y demás enseres de emergencia ‘anti-apagón energético’ están empezando a agotarse en muchos establecimientos.
Cada vez son más los expertos que alertan sobre lo que se nos viene encima. ¿Ustedes qué creen?