En enero, los precios al consumidor subieron 0.2% m/m, después de permanecer sin cambio el mes precedente. Como se esperaba, el aumento de los precios de los combustibles —del 0.9%— fue lo que más contribuyó a la inflación, después de haber bajado durante todo el cuarto trimestre de 2011. En general, los precios de la energía subieron solamente 0.2%, reflejo del descenso del 0.6% en la energía para el hogar. La inflación de los alimentos persiste en mantenerse en 0.2%, sobre todo como consecuencia del componente de comidas fuera del hogar. Si excluimos los alimentos y la energía, la inflación subyacente subió 0.2%, empujada por los aumentos de ropa y recreación (avance de 0.9% y 0.6%, respectivamente). Las presiones sobre los precios del alojamiento y de la atención médica, que veían incrementándose de manera firme, fueron modestas en comparación con los principales componentes. Los precios de los vehículos nuevos y usados descendieron por quinto mes consecutivo. A nivel anual, en enero la inflación general descendió de 3.0% de diciembre a 2.9% de enero, en tanto que la subyacente aumentó ligeramente de 2.2% a 2.3%.
Los datos de inflación más recientes justifican nuestro escenario de referencia, que sostiene que las presiones sobre los precios se moderarán en 2012. Aunque el aumento de los precios de los combustibles y el petróleo ha preocupado a los consumidores, en general la inflación de la energía es moderada. Creemos que los precios de las materias primas descenderán a lo largo del 1T12, en especial como consecuencia de la desaceleración y de la incertidumbre de las economías mundiales. Sin embargo, no descartamos un repunte del precio del petróleo como consecuencia de las tensiones en Oriente Medio, ya que los precios de los combustibles podrían trasladarse a la inflación general durante más tiempo del previsto. En general, las tendencias de inflación todavía evolucionan según las previsiones del FOMC, y los datos más recientes deberían contener cualquier intervención de la Fed, al menos a corto plazo.
Aunque el aumento de los precios de los combustibles contribuyó a elevar las ventas minoristas nominales de enero, el retroceso de 1.1% en las ventas de vehículos frenó las cifras. En total, las ventas minoristas aumentaron 0.4% durante el mes, cifra superior a la de noviembre y diciembre, aunque inferior a las estimaciones del consenso (0.7%) para enero. Si excluimos los vehículos, las ventas han sido las mejores desde el 1T11, lo cual supone un saneado gasto de los consumidores durante el mes.
Los datos del sector manufacturero de febrero han sido sólidos, con avances tanto en la encuesta de Empire State como de la Reserva Federal de Filadelfia. La solidez de los nuevos pedidos y el descenso de los inventarios apuntan hacia futuros aumentos de la producción. La otra cara de la moneda fueron los débiles componentes del empleo de la encuesta de la Fed; las perspectivas a 6 meses retrocedieron significativamente por la preocupación que causa Europa.