El apetito por el riesgo en Asia sigue siendo débil, con la venta constante de divisas de los mercados emergentes y las acciones. No es sorprendente que la asistencia del presidente estadounidense, Donald Trump, y del chino, Xi Jinping, a la cumbre Apec haya logrado generar un sentimiento positivo.
A pesar del amigable saludo de ambos, los mercados no pueden olvidarse del hecho de que las dos naciones parecen estar en curso de colisión (al menos económicamente). Incluso los avances en la liberalización financiera con China, que permiten la propiedad extranjera de las instituciones financieras (más información próximamente) no proporcionó un momentum positivo. En Australia, el Banco de la Reserva del país (RBA) publicó su declaración de política monetaria.
En general, los informes sonaron moderados, ya que no se espera que la inflación subyacente alcance el 2% hasta 2019 y el crecimiento del PIB perdurará en torno al 3% para los próximos años. Al igual que en muchas economías de mercados desarrollados, las cifras de desempleo son positivas, aunque no se materializa en una inflación salarial. El RBA también destacó su preocupación por la elevada deuda de los hogares, que probablemente limite el consumo personal en el corto plazo.
Por último, el informe emitió una advertencia de que la caída estacional en los números de las importaciones chinas, el mineral de hierro en concreto, debido a la grieta en la producción de acero para frenar la contaminación podría ser una tendencia duradera. La dependencia de Australia de la demanda de materias primas de China sugiere que habrá volatilidad a corto plazo dado que la contradicción entre la demanda y la acción política.
El fracaso del AUD/USD para superar la resistencia en la media móvil de 200 días sugiere una nueva prueba de soporte de base en 0,7627. La incapacidad del soporte para sostenerse daría lugar a una ruptura bajista hasta 0,7530.