La reacción instintiva y esencialmente irracional del mercado estadounidense a las nóminas no agrícolas del viernes pasado demostró una vez más que los cambios son cada vez más rápidos, más poderosos e impredecibles.
Lo ocurrido el 20 de diciembre, con el pequeño y rápido desplome de 84 puntos, pareció replicarse en sentido contrario en los primeros 120 minutos del viernes 5 de enero.
Para luego negarlo todo y mostrarnos un índice S&P500 "arrepentido" del exceso de optimismo revelado de repente.
Los tres principales índices americanos muestran una divergencia: el Dow Jones es el único de los tres que no ha superado el mínimo del 20 de diciembre, a diferencia del Nasdaq, que ya lo alcanzó el 2 de enero, y del S&P500, que esperó hasta el 4 de enero.
El Dow Jones también se basó en un soporte dinámico bastante importante y sigue siendo el más tónico de los tres índices.
Al fin y al cabo, las empresas tecnológicas son las que más reaccionan a los cambios y, sobre todo, a las decepciones de los tipos de interés: por eso, es cierto que el Nasdaq fue el que más se hundió.
El soporte para la próxima semana, para el futuro del S&P500, se sitúa en 4670-4680, confirmado tanto desde el punto de vista gráfico como desde el posicionamiento en el mercado de opciones.
En cambio, la resistencia se encuentra en la zona de los 4800 puntos.
Romper el soporte llevaría a considerar primero 4650 y luego 4585-4620 como zona de amortiguamiento, que creemos, por el momento, que es sustancialmente difícil de alcanzar y aún más de violar.
El gráfico sigue mostrando máximos y mínimos decrecientes, con un elemento positivo: el cierre semanal por encima del 37,50% del último rango.
El jueves 11 y viernes 12 tendremos datos del IPC y PPI americano, índice de precios al consumidor e índice de precios al productor respectivamente.
El Vix tiene un historial de una tendencia predominante de aumento de la volatilidad entre el 2 y el 31 de enero, con un punto de inversión alrededor del 12 de enero (que coincide, este año, con la noticia anterior).
2023 fue uno de los 10 años de los últimos 25 en los que el Vix tuvo una caída en la volatilidad durante el mes de enero.
Hasta ahora, el Vix ha alcanzado máximos moderadamente superiores, manteniendo aún la zona de soporte del 2 de enero, por encima del nivel 13, de forma coherente con una caída del S&P500, pero en total ausencia de pánico.
Si planteamos la hipótesis de otros dos o tres días de caída (hasta el martes y miércoles), el Vix podría dar lugar a nuevos máximos moderadamente crecientes en la primera parte de la semana.
Si se produjera una reacción alcista por parte del mercado (no sabemos de rebote o recuperación), difícilmente se vulneraría el soporte del día 13, que actuaría como un probable punto de soporte, pero confirmaría la reversión alrededor del día 11. -12.
La semana siguiente tendremos más datos para entender si ha habido un repunte y cuánto tiempo podría durar, hipotéticamente.
Enero suele ser un mes bastante complejo, y no sería sorprendente que la eventual reversión alcista no lograra violar las resistencias y luego produjera una caída más significativa en esa zona de 4600, que luego se convertiría en un punto de aterrizaje mucho más probable.
Gráficamente también sería una violación del máximo de julio, un clásico en el retroceso del S&P500.
Este último escenario sería el que reiniciaría el mercado con mucha potencia, hacia una primera quincena de febrero hipotéticamente más chispeante, tras un mínimo importante a finales de enero.
Todo hay que verificarlo, evidentemente, y éstas son hipótesis sobre hipótesis.