Un profesional con todas las letras es aquel que tiene la humildad de reconocer sus errores para poder corregirlos. Lo mismo ocurre cuando hablamos de inversiones. En este caso, los gurúes si bien son conocidos por amasar una fortuna con sus operaciones bursátiles, también han cometido errores que les significaron pérdidas millonarias.
Como ejemplo, podemos mencionar a John Paulson, uno de los inversores que realizó unos de los mejores movimientos en la historia de los mercados: apostó las hipotecas subprime a la baja antes del crash financiero. Paulson hizo millones de dólares gracias a esta estrategia, pero cometió algunos errores que le hicieron perder parte de su fortuna.
Su sobreinversión en papeles de entidades financieras como Citigroup (NYSE:C) o Bank of America (NYSE:BAC) y su gran tenencia de oro en 2011 le dieron pérdidas del 40% a su fondo de inversión. Sin embargo, su posición en el oro le había dado ganancias por 3.100 millones de dólares desde septiembre de 2010 hasta septiembre de 2011.
Ni siquiera Paulson, uno de los inversores más inteligentes, es perfecto. Se pueden cometer errores y perder millones. Por eso, para no sufrir una pérdida del 40% de sus ahorros, le acercamos los siete errores capitales que no se deben cometer:
1. Vender cuando cunde el pánico
Tenemos que pensarlo de la siguiente manera: uno buffettde sus caballitos de batalla presenta su balance trimestral y no alcanza el consenso de los analistas. Es la historia de siempre: la acción cae, los miedos y la incertidumbre aparecen, y en consecuencia, todos empiezan a vender. Por favor, no siga la manada; a veces la caída de una acción es algo esporádico y coyuntural. Miremos el caso de Netflix (NASDAQ:NFLX).
Supongamos que usted compró sus papeles a 90 dólares pensando que era su piso y se encontró con que siguió desplomándose hasta los 62 dólares. El que no vendió en esa instancia y soportó la caída, hoy goza de una ganancia del 33% teniendo en cuenta que compró a 90 dólares.
Ni hablar de los que compraron a 62 dólares: esos inversores actualmente ostentan un rendimiento del 93%. Sin dudas, siguieron la premisa de Warren Buffett: “ser optimista cuando todos son pesimistas y ser pesimista cuando todos son optimistas”.
2. Usar apalancamiento
Una de las maneras más frecuentes de ver cómo se esfuma e es comprando acciones apalancadas. Muchos inversores individuales, que sueñan con ganar su primer millón en una transacción maestra, se endeudan para comprar papeles de una empresa “X” pensando que su cotización va a subir en un determinado momento.
Esta maniobra es muy arriesgada para alguien que quizás no tiene espalda para soportar una caída brusca en su capital. Si su inversión apalancada falla, estará obligado a vender para no seguir perdiendo más capital del que ya se está yendo de sus manos.
No sólo habrá perdido dinero sino que tendrá que empezar a pedir un préstamo para poder saldar la enorme deuda que le dejó su “jugada magistral”.
3. Comprar acciones de sectores vintage
Los papeles que están de moda en el mercado sufren igual que una prenda o un aparato en boga. Por lo tanto, debemos ser conscientes de que una acción no está pro siempre de moda y eternamente al alza. En 2011 fueron las acciones de las redes sociales como Groupon (NASDAQ:GRPN) o LinkedIn (NYSE:LNKD); en 2006 las de tecnologías limpias y en 1999, a la par del desarrollo de la burbuja puntocom, el boom de las acciones tecnológicas. Moraleja: los mercados bursátiles tienen la misma tendencia que la vestimenta, los dispositivos electrónicos y demás; todo tiene su fecha de vencimiento.
4. Creer que los analistas son infalibles
Generalmente, los analistas de Wall Street no son muy buenos predicadores. Muchas veces tienden a inflar los prospectos a la hora de estimar ganancias, ingresos y ventas. Un estudio realizado por profesionales de la Universidad de Penn State mostró que en un plazo de 20 años, los analistas de todos los sectores fallaron con sus pronósticos financieros.
Un ejemplo podría ser Apple (NASDAQ:AAPL), que levanta opiniones encontradas con respecto a qué posición debería tomarse ante la acción. Es decir, si hay que comprar, vender o mantener. Sin embargo, cabe destacar que el grueso de los analistas inclina sus preferencias por la compañía de la manzana y recomiendan comprar.
Hay otros que argumentan que Apple podría estar tocando techo y que podría llegar a ser una empresa de valor como Microsoft (NASDAQ:MSFT). En este caso, el destino y el mismo mercado marcarán el destino de Apple.
5. Comprar sólo porque está barato
Comprar acciones de empresas con buenas perspectivas de crecimiento ha sido la estrategia que le ha dado miles de millones de dólares a Warren Buffett, pero el Oráculo de Omaha no es ningún kamikaze. El hecho de que un papel esté barato no significa necesariamente que sea una buena oportunidad de compra.
Tal es el caso de RIM, el fabricante de los Blackberry (NASDAQ:BBRY). Sus papeles están muy baratos –16 dólares, un precio que está por debajo de su valor libro-, pero es una firma que en el último tiempo ha registrado ganancias erráticas, problemas en la cúpula ejecutiva, rumores de venta de la compañía y un futuro incierto. Por eso, debemos mirar dos veces (y más también) antes de comprar una acción sólo porque está barata.
6. No analizar los errores propios
Una honesta apreciación de los tropiezos de un inversor es algo sumamente necesario para desarrollarse como profesional en el mundo de las finanzas. La clave está en hacer un control, ya sea semestral o anual, de la cartera: ver cuáles fueron los aciertos y los desaciertos y aprender de estos últimos para no volver a cometerlos. Si es necesario, prepare un rebalanceo.
7. Hacer trading muy seguido
El mercado bursátil despierta una pasión que sólo los inversores pueden explicar. Hay dos tipos de ahorristas: los que compran y venden en una misma jornada muchísimas veces, y los que hacen menos transacciones pero con una visión a largo plazo.
La primera opción es la menos acertada, porque hay que considerar que por cada transacción hay que pagar una comisión, lo que genera mucho gasto operativo, sumado a algún impuesto que pueda establecer el gobierno a la renta financiera.
Las estadísticas indican que los que compran poco y esperan mucho, tienen mejor rendimiento en sus carteras que los que quieren todo ya mismo. Es importante saber analizar las diferentes alternativas financieras que el mercado presenta por tus propios medios y no dejarse llevar o confiar en lo que dicen los demás.