Subidas muy débiles de las bolsas europeas a estas horas sin que hayan cambiado demasiado las cosas desde la apertura.
Sin duda, un punto de debilidad lo tenemos en Wall Street. Los futuros sobre los índices americanos apuntan a una apertura bajista, después de que ayer cerraran también en negativo.
En concreto, el S&P 500 bajó un 0,14%, mientras que el Nasdaq perdió un 0,09%.
Entre los resultados empresariales que conocimos, destacaron en un sentido negativo los de Verizon (NYSE:VZ). Por la parte positiva, los que presentaron al cierre Microsoft (NASDAQ:MSFT), y también, los de American Express (NYSE:AXP).
También jugó un papel bajista en la sesión americana la caída del EUR/USD, que ya ha perdido el 1,09. Y la apreciación del dólar presionó también a la baja al petróleo, que cotiza ahora en los 52 dólares.
Todos estos movimientos con la divisa se debieron a la comparecencia de Mario Draghi tras la reunión del Banco Central Europeo (BCE).
Tal y como se esperaba, el BCE no modificó en absoluto su política monetaria, manteniendo tipos, tasa de depósito y condiciones del QE. Sin sorpresas por este lado.
El presidente de la autoridad monetaria combinó en su discurso posterior tanto los matices hawkish como dovish. Por un lado, reconoció que espera un fuerte incremento de la inflación en los dos próximos años, diciendo que la política monetaria ultraexpansiva actual no puede mantenerse para siempre, y que no se discutió ninguna modificación de las condiciones actuales del QE.
Por otro lado, especificó que tampoco se debatió sobre el temido tapering, descartó un final brusco del QE, comentó que no ve peligros de formación de burbujas en los mercados y admitió que se debatió sobre las consecuencias de los tipos de interés negativos.
De tal manera que un discurso completamente equilibrado tendrá que ofrecer un desenlace en la próxima reunión de diciembre, en la que el BCE actualizará el cuadro macroeconómico previsto, a lo que probablemente acompañará algún cambio en el QE.
Estos cambios pueden ser de tres tipos: técnicos, que afectarían a los activos susceptibles de ser comprados; de plazos y de tamaño de las compras. Y sobre estas dos últimas cuestiones es sobre las que cabe también mantener un equilibrio: es probable que el QE sea extendido más allá de marzo del año que viene (en la última revisión, se amplió en seis meses), pero que el tamaño de las compras se reduzcan desde los 80.000 millones actuales (en una suerte de tapering, como ya hizo la Reserva Federal).
La respuesta de los mercados fue contradictoria: el Euro y los bonos se quedaron con la parte más laxa del discurso, celebrando el no anuncio del tapering, mientras que los bancos también subieron, sin verse lastrados por esta lectura. La fuerte subida de Deutsche Bank (DE:DBKGn), tras filtrase que inversores chinos podrían estar interesados en entrar en el capital del banco, les pudo ayudar.
Las bolsas europeas cerraron en los máximos de la sesión, y muy cerca de sus niveles de resistencias, ubicados en la parte alta del rango lateral de cotización de las últimas cuatro semanas.
Hoy en Europa hemos conocido unos malos resultados de Daimler (DE:DAIGn), que están lastrando a todo el sector automovilístico. Tampoco han gustado las cuentas presentadas por Ericsson (ST:ERICb), pero sí las de SAP (NYSE:SAP), que están favoreciendo al sector tecnológico.
En datos macroeconómicos, hemos conocido una subida del precio de la vivienda en China, un 11,2% en el mes de septiembre.
Esta tarde conoceremos a las 16:00 el índice de Confianza del consumidor en la zona euro. A esa misma hora conoceremos las ventas de viviendas de segunda mano en septiembre.
En resultados empresariales, conoceremos los de Moody's (NYSE:MCO), McDonald's (NYSE:MCD), Honeywell (NYSE:HON) International y General Electric (NYSE:GE).
En definitiva, semana alcista en Europa, que ha celebrado especialmente una reunión del BCE de la que poco puede deducirse. Los bancos siguen tranquilos, e incluso, se han recuperado sus cotizaciones, el Euro sigue perdiendo valor, y la temporada de presentación de resultados en Wall Street va mejor de lo esperado. Estamos ya muy cerca de las resistencias: la semana que viene podríamos tener un fuerte tirón alcista si se superan, o caer un 2-3% si se fracasa en el intento de perforarlas.