Por Aitor Méndez
Dejamos atrás un año 2016 cargado de emociones fuertes y de grandes movimientos en el mercado. No sabemos lo que nos deparará el ya presente año 2017, pero lo cierto es que el pasado curso nos ha ofrecido todo un rosario de acontecimientos imposibles de predecir… ¿O no tan imposibles?
Hace un año por estas fechas, pedimos a algunos de nuestros colaboradores que jugasen a predecir lo impredecible. ¿Podéis proponer un cisne negro para nosotros?, les preguntamos. Y lo cierto es que algunas de las respuestas dieron sorprendentemente cerca del objetivo.
No asistimos a una cruenta guerra entre China y Japón. Y Francia, por el momento, sigue siendo parte de la Unión Europea. Pero lo cierto es que seis meses antes de que se consumase, planteábamos el Brexit como una opción a tener en cuenta y dejábamos por escrito la posibilidad de un "flash crash" en los mercados como uno de nuestros cisnes negros. La libra británica y su particular ‘madrugá’ asiática pueden dar buena fe de que estas cosas ocurren.
Visto el éxito de su precedente, no hemos resistido la tentación de hacer lo mismo otra vez y arrogarnos de nuevo el título de profetas de la desgracia con esta selección de cisnes negros para el año 2017.
Inflación galopante
Tras barajar la posibilidad de que Vladimir Putin lleve a Rusia a acometer nuevas incursiones bélicas en el Este de Europa y coquetear con la idea de un “Francexit” o incluso un “Italexit”, finalmente nos decantamos para nuestro cisne negro por la posibilidad de que la inflación se dispare a un ritmo vertiginoso en Estados Unidos.
La Administración Trump empieza con fuerza y la implantación de medidas de estímulo económico dan un rápido impulso inicial a la economía... pero acarrean un invitado indeseado como es el aumento exponencial de los precios al consumo, dejando obsoletas desde el primer instante las previsiones oficiales y pillando a la Reserva Federal (Fed) con el pie cambiado.
Este hecho provoca que la rentabilidad del bono estadounidense en el mercado secundario gire al alza con rapidez, rumbo a niveles previos al estallido de la crisis financiera, allá por el siempre denostado año 2008.
Con el rendimiento de la deuda soberana “yanqui” subiendo a marchas forzadas por encima del 3,5% y sin mucha intención de detenerse, la caída de las grandes plazas bursátiles es solo cuestión de tiempo, arrastrando en su descenso al petróleo y el resto de materias primas, para mayor desgracia de los países de la OPEP, los productores de esquisto estadounidenses y, especialmente, para los países emergentes, que ya asfixiados por las políticas proteccionistas de Trump verán como sus monedas se devalúan hasta hacer saltar todas las alarmas.
Pánico financiero global
Allan Ramírez, coordinador de la academia de trading Entrenador Bursátil, también avecina tiempos difíciles para el Tío Sam. Las políticas monetarias cada vez más laxas de los últimos años han ido creando burbujas económicas en el camino y dejando un desastre en los balances de los bancos centrales. Todo lo que era demasiado grande para quebrar en 2008 es más grande y exponencialmente más peligroso a día de hoy.
“Un catalizador podría ser el Deutsche Bank (DE:DBKGn), que es un claro candidato a banco que pueda llegar a la ruina. Sin embargo, también podría ser la falta de entrega de oro físico en un banco en Londres, exponiéndose a la luz un mercado hiper apalancado”.
¿Trump podría evitarlo? Solo reduciendo el tamaño que tiene el sistema financiero, desmantelando los grandes bancos, cerrando el casino de los derivados tóxicos y restaurando la ley Glass Steagall. Sin embargo, como todo esto parece todavía más improbable, pronto la Administración Trump tendría que llamar a Christine Lagarde para un rescate como nunca antes ha sucedido.
El nacimiento de la “New Bubble”
De la creación de burbujas también nos habla Karina Fabi, fundadora de WatchMyTrading, y nos plantea 2017 como el año en el que comenzó a gestarse una nueva burbuja, la “New Bubble”, que durará un septenio.
“La historia se repite y nos explica que desde la crisis de 2001 los precios de las materias primas y la cotización del EUR/USD se encuentran en sus mínimos. Lo mismo ocurrió en la crisis de 2008 y lo mismo podríamos estar presenciando a finales de 2016. Por tanto, el próximo año tendremos no solo el comienzo de una expansión económica necesaria, sino además, el inicio de una nueva burbuja. Trump necesitará una escalada de tipos más agresiva que la propuesta por Yellen para alcanzar los niveles inflacionarios controlados”.
Asistiríamos pues al final real de la crisis iniciada en 2008, pero también al comienzo de una nueva que se extenderá hasta el año 2022. La zona euro se mantendría en pie, aunque para ello deba comenzar a subir los tipos de interés a partir de marzo de 2017.
Pinchazo de los bonos europeos
¿Y si en vez de al inicio de una nueva burbuja asistimos al final de otra que se ha estado gestando durante los últimos años? Felipe Posada, trader en Mercadosg.com, elije esta segunda opción como su candidata para cisne negro.
“La Fed acelera el alza de tipos en 2017, pincha la burbuja de los bonos europeos periféricos que hasta hoy presumen de ofrecer unos retornos más bajos incluso que la primera potencia del mundo. Draghi no podrá contrarrestar las ventas masivas en estos instrumentos”.
Pero Posada no se queda ahí y añade un segundo y un tercer candidato a desplomarse el próximo año: el crudo y el oro. El acuerdo de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) provocará una subida inicial del crudo, pero este hecho podría tener el efecto contrario al deseado, con la vuelta al mercado de una mejorada industria del fracking que devolvería al oro negro por debajo de los 40 dólares.
En cuanto al otro oro, el de verdad, las excelentes relaciones entre Trump y Putín reducen los riesgos geopolíticos en Oriente Próximo, por lo que ya no sería tan necesario cubrir posiciones con oro, lo que sumado a la baja inflación mundial ante la mencionada caída del crudo por debajo de los 40 dólares, llevaría al preciado metal por debajo de la barrera de los 1.000 dólares la onza.
EE.UU. vs. China
Vayamos ahora con un choque a la vieja usanza, un enfrentamiento clásico al estilo de la Guerra Fría, un choque de gigantes, un nuevo duelo Este-Oeste; hablamos del aumento de la tensión política, económica y militar entre Estados Unidos y China, como nos propone Daniel Pingarrón, responsable de Estrategias y Desarrollo de IG.
La posición de Trump contraria a acuerdos comerciales con China y la depreciación del yuan, sumada a la reticencia de mantener la política de una sola China reconociendo la independencia diplomática de Taiwan, acabarán por tensar y poner a prueba las relaciones entre ambas naciones.
“De esta forma, empieza una escalada verbal, comercial y militar entre las dos primeras economías del mundo, en una especia de Guerra Fría. Los mercados se asustan y hay fuertes correcciones bursátiles y subida de activos refugios”.
Extremismos en Europa
Olvidándonos ya de Trump y de Estados Unidos, también podríamos asistir a cisnes negros en el Viejo Continente, tal y como nos recuerda Gonzalo Germán, gestor de la web Diezmilhorasdetrading.es.
Después de lo que hemos visto durante el pasado ejercicio sería completamente descabellado descartar la posibilidad de que se sigan registrando bombazos políticos similares a los vistos en 2016 y que hagan moverse al mercado con fuerza y siembren el futuro de incertidumbre.
“Aunque hace un año pareciera algo imposible, no nos extrañaría nada que antes de que termine el primer trimestre de 2017 el dólar esté en paridad con el euro y acto seguido, le supere incluso en cotización... durante un ciclo económico más o menos prolongado que suponga que Europa tenga que "reaccionar" para poder frenar tanto ese posible declive que se le anuncia (con tantos frentes abiertos), como para volver a dar un impulso a la idea de unidad y proyecto comunitario, que parece que ahora arroja bastante debilidad”.
El caos total
¿Recuerdan la película La Jungla 4.0? Pues Enrique Soriano, profesor del Centro de Formación de Traders y fundador de ATEFIB, sí que lo hace y nos propone un inquietante cisne negro para acabar esta masoquista serie de propuestas: el caos total.
“¿Qué pasaría si de repente no funciona Internet? Hace unos días saltó la noticia de un robo de cajeros automáticos a la vez en diferentes puntos de la geografía mundial”.
Soriano se refiere al hackeo simultáneo de la red de cajeros automáticos en más de una docena de países a la vez. Según los expertos, este tipo de delincuentes podrían hacerse con el control total de una red bancaria en tan solo diez minutos. ¿Qué no podrían hacer con los mercados y el sistema financiero mundial si lo propusieran?
Conocidas las propuestas de nuestros colaboradores, ¿se atreve usted a profetizar su propio cisne negro?
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