Desde que registrara máximos históricos en enero, hemos prestado especial atención a la naturaleza de la consolidación del S&P 500. Hemos asistido a un debate entre lanalistas técnicos sobre si debería considerarse un triángulo simétrico neutral (si consideramos los extremadamente bajos mínimos intradía del 9 de febrero como una anomalía) o, excluyendo las sombras inferiores del 9 de febrero y del 2 de abril, debería considerarse un canal descendente decididamente bajista.
El primero es neutro, pues indica tanto la oferta como la demanda. El segundo es bajista, pues parece que la oferta fulmina la demanda.
Los factores geopolíticos actuales también han azotado el índice de referencia de Estados Unidos, contribuyendo a la incertidumbre. El 10 de mayo, el precio repuntó al alza, impulsado por las acciones del sector energético, después de que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunciara su retirada del acuerdo nuclear de Irán y el restablecimiento de las sanciones contra el tercer productor de petróleo del mundo, lo que ha restado un millón de barriles de petróleo al día del mercado mundial.
Sin embargo, las acciones revirtieron sus ganancias una semana más tarde, después de que el rendimiento de los bonos del Tesoro estadounidense a 10 años registraran máximos de siete años, cuando las ventas minoristas de Estados Unidos aumentaron durante marzo y abril, volviendo a despertar los temores inflacionistas que surgieron cuando el rendimiento de los bonos primero se disparó a finales de enero, impulsando en ese momento la primera corrección de dos cifras de las acciones desde finales de 2015-principios de 2016.
Otra presión que ha lastrado las acciones ha sido las recientes declaraciones del secretario de Comercio de Estados Unidos, Wilbur Ross, y del embajador de Estados Unidos en China, Terry Branstad, que han afirmado que las tensiones comerciales entre China y Estados Unidos no van a desaparecer por el momento.
Por consiguiente, tiene sentido que el S&P 500 se disparara ayer tras conocerse la tregua comercial, aunque es probable que sea temporal. En el período previo a la reunión del 12 de junio entre Estados Unidos y Corea del Norte, a Trump le interesa mostrar su lado pacífico a China, la nación asiática que ejerce una influencia sin precedentes sobre el líder de Corea del Norte, Kim Jong Un. Se han conocido informes, no obstante, que indican que los asesores de Trump cada vez son más escépticos acerca de que esta reunión llegue a tener lugar debido a la creciente preocupación en torno a la agenda de la cumbre y el incremento de la agresiva retórica de Corea del Norte.
El análisis fundamental puede dibujar un panorama un poco bajista, pero hay indicios técnicos que cuentan otra historia completamente distinta. El rebote de ayer ha propiciado un repunte al alza en un patrón de continuación de banderín, lo que es en sí mismo un repunte al alza de lo que parece ser un triángulo simétrico desde finales de enero (tras el repunte al alza del 10 de mayo), convirtiéndose en un patrón de continuación.
Puesto que el patrón sigue una tendencia alcista, cabe esperar que siga subiendo. Sin embargo, una trampa para bajistas sigue siendo una opción posible pues la penetración ha alcanzado sólo el 1,25%, satisfaciendo solamente un agresivo filtro de un 1,00%. Dicho esto, el repunte del banderín da más credibilidad al del triángulo simétrico, más grande.
Objetivos:
Objetivo implícito del banderín es una contra-prueba del máximo de 2.872,87 del 26 de enero, mientras que el objetivo implícito del triángulo sería romper la barrera de los 3.000.
Estrategias de trading - Preparación de posición larga
Los traders conservadores esperarán una penetración del 3%, hasta el nivel de 2.790, en un esfuerzo por esquivar una trampa para alcistas derivada del repunte del triángulo simétrico
Los traders moderados esperarán una penetración de la parte superior del banderín en 2.742,10, preferiblemente al cierre, para confirmar su repunte al alza.
Los traders agresivos pueden posicionarse ya, pues pueden permitirse el lujo de una orden de minimización de pérdidas por debajo de la cúspide del banderín en 2.715, o en 2.660, soporte del triángulo simétrico, o aceptar el riesgo de perder su posición.