Habrá oído muchas veces la dichosa pregunta, ¿qué va a hacer el mercado? ¿Debo comprar/vender tal o cual acción?
Y lo peor es que, a veces, hay quien responde a estas preguntas con sesudas y elaboradas respuestas que señalan, sin ápice de duda ni sonrojo, la dirección que el mercado en cuestión seguirá.
Como analista técnico confieso que no tengo ni idea de lo que el mercado hará. No es esa mi misión porque el mercado es impredecible. Fue Benjamin Graham quien tuvo la idea de personificar al mercado en su libro “el inversor inteligente” llamándolo Mr. Market, para definir a este como alguien con una personalidad esquizofrénica.
En definitiva, no podemos predecir el comportamiento futuro del mercado, pero sí podemos establecer posibles escenarios en base a lo que el mercado hace en un determinado momento. De ahí la necesidad de adaptarnos a lo que el mercado nos va contando.
EL EFECTO DUNNING-KRUGER
Si asume usted que no tiene (porque es imposible) ni idea de lo que el mercado hará, estará un paso por delante de la mayoría de operadores de bolsa. ¿Por qué digo esto? No lo digo yo, lo dice la psicología. Existe un sesgo cognitivo llamado “El efecto Dunning-Kruger”, por el cual las personas con baja habilidad o conocimientos reales en una materia tienden a sobrestimar los mismos. Este sesgo toma su nombre de los dos psicólogos que lo estudiaron en un principio, David Dunning y Justin Kruger. ¿Cómo se explica esa visión distorsionada sobre las habilidades propias? Es tan simple como que las personas con baja habilidad en una materia tampoco habrán desarrollado la capacidad de distinguir entre el buen y el mal rendimiento. Dese cuenta de la importancia de evitar este sesgo. Si un trader principiante entiende el análisis técnico como adivinar que va a hacer el precio ya va mal desde el principio, pero lo que puede ser aún peor es que esa ilusoria habilidad adivinatoria puede verse reforzada si casualmente se aciertan una serie de predicciones. Esto reforzará el ego y la ilusión de “saber” sobre lo que se está haciendo. Estará sobrestimando sus capacidades, pues no es capaz de distinguir entre la pura suerte del principiante y un trabajo analítico correcto, pero sujeto a modificaciones si el desarrollo del precio así lo requiere. El desconocimiento hace a las personas atrevidas e inflexibles en sus conclusiones. El desastre, en este caso, no tardará en producirse. Así que al mercado siempre hay que ir con humildad y asumiendo que no sabemos lo que va a pasar. Ni falta que hace.
FLEXIBILIDAD EN NUESTROS PLANTEAMIENTOS, RIGIDEZ EN NUESTRAS NORMAS
La conclusión a lo dicho es clara; no intente adivinar. Plantee posibles escenarios en función de donde está el precio y de si alcanza tal o cual zona. No debe preconcebir ideas bajistas o alcistas, pues esto provocará sesgos en su análisis. Fluya con lo que el precio vaya dibujando y cambie de chaqueta cuando sea necesario hacerlo. Esta flexibilidad solo ha de conocer un límite: su plan de trading. Usted ya debe tener una manera de entrar determinada, una gestión monetaria y del riesgo, una salida, un stop, etc… Todo esto es inamovible durante su operativa. Dese cuenta que no habíamos hablado sobre estas cuestiones, hemos hablado de flexibilidad en el planteamiento de escenarios posibles, pero no en la ejecución de sus reglas previamente establecidas durante una sesión de trading. Usted no tiene porque saber que va a hacer el mercado, lo que sí que tiene que saber es como va actuar usted ante lo que haga el mercado.
Cuando planteamos un escenario, lo debemos plantear siempre en términos de probabilidad, ya que estamos en un entorno cambiante donde la volatilidad y la manipulación de los manos fuertes es constante. Uno de los grandes errores del principiante es no saber o no querer adaptarse al cambio de un escenario. No se trata de aguantar dentro de una operación ganadora porque mis normas dicen que la limitada de beneficios está a 50 puntos del precio de entrada. Si el mercado ya le está dando un beneficio no hay porque perderlo si observa cambios sustanciales en las condiciones de mercado que le llevaron a tomar una posición. De eso trata la flexibilidad; adaptarse a un entorno continuamente cambiante. Ya hablamos de esto en nuestro artículo “La dificultad de dejar correr el beneficio” que pude usted leer AQUÍ si lo desea.
Otra cosa es la adaptación de su sistema, si este lo requiere, a lo largo de su carrera como trader. Habrá en el futuro períodos de volatilidad más alta o más baja, por poner un ejemplo, que requieran operar con stops mayores o cambiar los instrumentos a operar. Debemos monitorizar nuestra operativa diaria para poder adaptar con rapidez nuestro sistema al nuevo contexto.
LA ADAPTACIÓN EN NUESTRA VIDA
Para llegar al punto de adaptar la operativa, muy probablemente tengamos que pasar por una adaptación mucho más importante y profunda. Le estoy hablando de una adaptación vital.
El trading no es una profesión cualquiera donde te sientas, haces lo que sea que debas hacer, y cobras por el tiempo dedicado. El trading es una profesión tremendamente exigente a nivel emocional y hay que adaptar nuestra mente a esta nueva situación. La adaptación al trading es un proceso de autodescubrimiento que le va a aportar muchos beneficios como, por ejemplo:
Autoconocimiento: Va a descubrir cosas de usted que desconocía, lo que le hará crecer como persona. Puede leer nuestro artículo sobre “El autoconocimiento y el trading” AQUÍ.
Mejora personal: Cuando iniciamos un cambio nadie nos puede asegurar que vayamos a estar mejor al final del mismo, pero siempre tendremos la posibilidad de volver a iniciar otro cambio, solo que con la experiencia y conocimiento adquiridos. Piense que el que no lo intenta ya ha fracasado.
Reinventarse: Cambiar a la persona que somos, lo que hacemos, es un proceso de un interés enorme. Nuestros hábitos se verán afectados por los horarios de trading, por las horas de estudio y práctica. Introducir esto en nuestra vida nos llenará de motivación y entusiasmo.
En definitiva, abandonar nuestra zona de confort, donde todo está medido y nos encontramos seguros, es un signo de fortaleza, de hacer frente a nuestras creencias limitantes.
Todo es posible si nos adaptamos, con flexibilidad y cabeza, a un entorno hostil y complicado como es el mercado, pero que también le puede traer grandes satisfacciones. Y no crea que hablo de dinero.
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