Durante las elecciones presidenciales francesas, estaba claro que el Banco Nacional de Suiza iba a vender francos para evitar cualquier efecto de refugio.
La incertidumbre respecto al resultado (al menos antes de la primera ronda) generó una intervención masiva de la institución suiza.
La moneda suiza está de vuelta bajo la mirada del Tesoro de los Estados Unidos y los manipuladores de divisas, mientras que el Ministerio de Finanzas declaró que el Banco Central sólo está tratando de limitar la sobrevaloración del franco y no ganar una ventaja competitiva, que es - al final - la misma cosa. Cada vez es más difícil para el BNS convencer a los mercados sobre la naturaleza exacta de su intervención.
Los intercambios de Suiza con divisas ahora son más grandes que el GBP suizo y el total de depósitos a la vista actual ha registrado un fuerte aumentado de 2 mil millones de francos suizos. Seguimos con una postura alcista en el CHF ya que las presiones al alza sobre la moneda deberían continuar. Con respecto a los datos, la balanza comercial sigue siendo muy positiva e incluso está aumentando.
La próxima semana, se darán a conocer los datos de exportación del mes de abril y se espera que registren una fuerte cifra de +2,5 % intermensual (de inflación), mientras que las importaciones deberían seguir disminuyendo. Está claro que la economía suiza resiste bien, lo que deja algo de espacio para una intervención del BNS.