¿Cuál es el riesgo más alto par las Bolsas hacia adelante?, me pregunté la última semana antes de preparar una presentación sobre la economía mundial que tuve que exponer el pasado lunes. Ese fue el disparador para presentar la idea de inversión que comparto a continuación:
Durante los últimos 10 años, como mínimo, el mundo se acostumbró a vivir sin inflación. Existe un puñado de países que han sido la excepción, como Argentina y Venezuela, pero créame que la subida generalizada del nivel de precios no ha sido ninguna preocupación para el globo en su conjunto.
Niveles de inflación promedio anual por debajo del 4% es lo que permitió a los principales bancos centrales del mundo salir de la crisis financiera con tasas de interés por el piso y una gran inyección de liquidez. Así, la recuperación global se potenció rápidamente por el estímulo monetario sin tener la amenaza de una inflación capaz de deteriorar el poder adquisitivo y hacer abortar la estrategia de “dinero gratis” por parte de las autoridades monetarias más relevantes del globo.
Esto también fue un gran aliciente para la recuperación de las acciones a nivel global. Como la tasa de interés estaba muy baja, las cotizaciones de la renta variable se vieron favorecidas por dos cuestiones centrales:
1. Los bajos rendimientos de los bonos, que tienen una relación directa con la tasa de interés, hizo que una parte importante de inversores aficionados a la renta fija tengan que buscar retornos atractivos en otros instrumentos, entre ellos, las acciones, generando una mayor demanda.
2. El bajo costo del dinero llevó a que muchos inversores tomaran “apalancamiento” para redoblar su apuesta por las acciones. Si bien es algo que no aconsejo de ninguna manera (endeudarse para comprar acciones) lo cierto es que este efecto estuvo presente en el gran mercado alcista que estamos experimentando desde 2009.
Sin embargo, hacia adelante, esto puede llegar a alterarse fuertemente…
Durante el 2018, la economía de Estados Unidos fue la locomotora del crecimiento mundial. Las políticas de incentivos que aplicó Donald Trump, como la rebaja agresiva de impuestos o el mayor gasto en infraestructura, ha dado sus réditos en materia de expansión económica.
Sin embargo, esto es a costa de desequilibrios elocuentes, como el mayor déficit fiscal y de intercambio comercial, pero sobre todas las cosas generando presiones inflacionarias evidentes en el mercado laboral.
Con una tasa de desempleo instalada por debajo del 4% hace ya unos meses, laoferta laboral es cada vez más escasa y, en una economía que no frena en el corto plazo, los salarios comienzan a subir fuertemente por encima del rango de comodidad que monitorea el Banco Central de Estados Unidos (Reserva Federal).
En este sentido, creo que la aceleración de la inflación en Estados Unidos, como consecuencia de un crecimiento sostenido de los salarios, es el riesgo más grande para las Bolsas hoy en día.
En el último dato de empleo, dado a conocer el viernes último, los salarios avanzaron un 3,1% interanual, la mayor tasa de expansión desde 2009. Es un alerta que hay que seguir de cerca.
Con estos datos es entendible la preocupación de Jerome Powell, presidente actual de la Reserva Federal, por dejar en claro que la entidad actuará con fuerza para mantener el control de la inflación dentro del rango tolerable.
Por esta postura, el propio Donald Trump atacó al funcionario que él mismo propuso hace poco menos de un año, señalándolo como “loco” por querer subir la tasa de interés tan rápido, lo que afecta al nivel de crecimiento económico y a los mercados de acciones.
Como inversores, debemos estar atentos a los acontecimientos de fondo, ya que el combustible (el tipo de interés) que potenció el mercado alcista durante nueve años puede ser el responsable de un incendio que puede afectar su ahorro en algún momento en el tiempo.