La caída de la volatilidad implícita en las opciones ayer, 6 de noviembre, fue muy significativa.
El Vix abrió con un sensacional hueco hacia abajo, que no habíamos visto en esta dimensión desde hacía algún tiempo.
Su valor osciló entre 15,44 y 16,82, cerrando en la zona más alta del rango.
Nada que ver con los valores entre 20 y 23 de los cuatro días anteriores, que estuvieron todos a la baja.
Como decíamos ayer en nuestro artículo, los mercados apostaban por Trump y hoy sabemos que han ganado la apuesta.
La caída de la volatilidad acompañó un aumento en todos los índices americanos, en un clima que parecía de gran euforia.
Los tres principales índices marcaron nuevos máximos históricos, pulverizando resistencias que ya se han convertido en soportes.
Este fue el caso del S&P500 de la aparente barrera existente entre 5890 y 5900, que fue destruida en el primer intento.
Ayer, el mismo día, se volvió a probar el nivel 5900 desde arriba: una oportunidad para consolidarlo con una gran cantidad de opciones de venta vendidas precisamente en 5900, lo que consolidó el soporte.
Ahora la resistencia gráfica está en 5962, la resistencia volumétrica alrededor de 5970 y la resistencia estratégica en opciones en 5983.
Como si dijera que en el S&P500 ya hemos alcanzado un nuevo desafío: romper resistencias importantes.
Hoy, 7 de noviembre, sabremos si la FED volverá a recortar tipos: la probabilidad es casi del 100%.
Precisamente por esta razón, el mercado no asimilaría bien una falta de recorte de tipos.
Incluso si los precios ya incorporan ese recorte, la confirmación proporcionaría un mayor impulso alcista.
¿Veremos 6000?
Ahora, avancemos hacia la temporada más favorable para construir una cartera de acciones de excelente calidad.
P.D.: Mientras los mercados estadounidenses celebran, los europeos han entrado en una crisis de ansiedad.
Europa teme ser nuevamente abandonada a sí misma por su hermano mayor Estados Unidos.
En el período 2017-2020 no fue fácil acostumbrarse a Trump: y hoy, con dos guerras a la vuelta de la esquina, será aún más difícil.
Europa sufre por su dependencia de otros y por su evidente incapacidad para convertirse en una potencia industrial y tecnológica autónoma.
Esperamos que Trump pueda ser una oportunidad para que Europa reflexione seriamente sobre su posicionamiento: de un lado está China, del otro Estados Unidos.
El objetivo debería ser apresurarse a recuperar el tiempo perdido a nivel tecnológico, industrial y militar.
Me temo que estamos muy lejos de lograr esa conciencia.