De alguna forma, todos hemos escuchado o nos imaginamos como es el trabajo de la minería desde sus inicios, con picos y rastrillos de asta de ciervo, mazas de rocas duras, palas hechas con omoplatos de búfalo. Pues bien, resulta claro que ahora la era digital le ha dado un giro total a eso, donde la electricidad, un ordenador con sofisticadas tarjetas gráficas y los software son las principales herramientas.
La realidad es que estamos en la era digital, en donde ubicándonos en una perspectiva más general, todavía la propia generación que le dió forma a dicho proyecto, no entiende del todo el proceso y menos el futuro que tiene y sus diferentes aplicaciones. En un solo artículo también es difícil que se entienda, pero un abre boca aderezado con elocuencia nos podría animar a buscar más sobre el tema y quizás hasta llegar a invertir en ello.
En cuanto a las generaciones pasadas, los renuentes a los cambios, tienen que aprender que no se trata de sustituir o volver obsoletas las cosas que hay, sino de asimilar el cómo van cambiando y expandiéndose en el tiempo, además de la oportunidad que existe para los que ya trabajan en el campo, aun cuando varíe mucho, la innovación también es un activo a la hora de sobrevivir.
La actividad minera puede ser metalúrgica y no metalúrgica. En un principio era alabastro, mármol, metales puros (oro, plata, hierro meteórico, cobre), sal, gemas, berilo, chrysocollo, feldespato. hematita y malaquita. Hoy en día: bitcoin, ethereum, litecoin, theter, dash y muchas más.
Desde hace mucho tiempo dependemos en gran parte de la minería; como decía una revista minera: «si no lo puedes cultivar, lo tienes que sacar de una mina». A lo largo de los años nos podemos dar cuenta de la importancia de la minería cuando oímos hablar de las edades según el mineral predominante: la edad del cobre, la edad del bronce o la edad del hierro. Siguiendo éste rastro podemos ver que hay minería que pierde utilidad en fines prácticos; no obstante, luego cobra importancia en fines políticos y económicos como en el caso del oro y los diamantes.
Diferentes culturas se especializaron en el tipo de extracción minera que tenían más a su alcance, siempre resultando ser un trabajo peligroso y de bastante esfuerzo físico, en consecuencia las expectativas de vida de un minero era y es en la actualidad, muy corta. De hecho, en tiempos pretéritos, era trabajo para esclavos y prisioneros.
En la era digital se le llama mineros también a los que logran obtener criptoactivos, porque entre sus grandes diferencias también llegan a tener comparables similitudes.
Digamos que tenemos una caja fuerte con cosas valiosas dentro, pero como siempre hay una clave única que abre esa caja. Nadie tiene la clave. Entonces todos intentan abrirla con varias combinaciones, una y otra vez hasta que uno lo logre y obtenga la recompensa. Así de simple es la lógica de la nueva minería en el campo de las criptodivisas, solo que con variantes importantes: la clave es de 64 caracteres lo cual con nuestras limitaciones humanas, nos llevaría años encontrarla. En todo caso, una computadora lo hace en minutos. Así que, para la nueva minería usamos computadoras con poderosos hardware y software que averiguan esas claves para nosotros y entonces obtenemos el beneficio que viene a ser el activo en el que se trabaja.
Entre las características de la minería de criptodivisas se encuentra el uso de una poderosa herramienta como es el blockchain; nada más y nada menos que un libro mayor compartido e inmutable, donde se lleva el registro de todas las transacciones.
Cuando minas criptoactivos, tus equipos están a disposición de la red, ya que se necesita la confirmación de las transacciones para darle validez, y por eso también recibes una pequeña recompensa. Claro que también hay redes que no necesitan la confirmación para validar sus transacciones. En la minería de criptodivisas, la seguridad viene siendo la base de todo este sistema. En el caso del bitcoin la red la sostienen todos los usuarios independientes que ponen a disposición sus equipos, por consiguiente es una red descentralizada y con miles de equipos 24/7 para hacer confirmaciones las cuales le van dejando beneficios. Como puedes ver pasamos del pico y la pala al consumo de electricidad y con la adición de nuestros equipos, para seguir llamándonos mineros.
Es importante resaltar que lo más interesante es la transformación que está llevando del oro al bitcoin. El oro ha sobrevivido a muchas crisis a lo largo de la historia de la economía, pero increíblemente, en esta última década, ya estamos hablando de una puesta sobre la mesa de sustitución, tanto del oro como activo de refugio, y del dólar como divisa de mayor liquidez.
Este tema de la nueva minería se ha metido muy profundamente en la economía y debemos crear ciertas líneas porque cada uno mantendrá su liderazgo por mucho tiempo.
Por un lado, el oro no paga intereses, en cambio el bitcoin, tiene cierta característica de plazo fijo que es denominado staking.
A diferencia del metal amarillo, el bitcoin, por ser tan volátil, es difícil considerarlo un activo de refugio. Además, en los estudios de seguimiento gráfico el bitcoin tiene más coincidencia con los activos de riesgos como lo son el S&P500 y Nasdaq.
El bitcoin solo es para realizar transacciones y hasta en algunos casos como ahorro, pero el oro tiene muchas aplicaciones en otros campos: el 70 % se utiliza en joyería, el 20 % en reservas e inversiones y solo al 10 % se le da usos industriales.
No hay que subestimar el poder de la criptominería, ya que en poco tiempo han creado una revolución y representan la innovación en la economía gracias a su transparencia y seguridad, por cuanto en función de lo planteado, se vuelve exponencialmente cuesta arriba para la corrupción de los bancos centrales y para el descontrol que causan los gobiernos con la impresión de billetes. Sin embargo, no hay que perder de vista y advertir que la descentralización es una ventaja que a su vez también conlleva una desventaja, ya que no hay un ente responsable de las transacciones.
Como lo dijimos al comienzo: no se trata de sustitución, se trata de ver hacia dónde vamos. El hambre que tenemos por los recursos, dará pie para seguir en la minería en todas sus formas, aún cuando no es como la agricultura que puede resurgir, en el caso de la minería hay límites, hasta en la del bitcoin hay una cantidad límite definida.
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