En los últimos años surgió la figura del inversor activista dentro de los mercados de capitales. Hoy te explico de qué se trata y por qué puede ser el mejor aliado de tus inversiones.
¿Qué opinión tiene sobre Robin Hood? ¿Está acaso bien visto que se le quite algo a los ricos para repartirlo entre los pobres? No es que me haya vuelto socialista ni mucho menos, sino que esta “leyenda” me da pie para introducir una figura “nueva” muy importante que cumple este rol en los mercados financieros.
¿Existe un Robin Hood en los mercados? Vamos por partes
Imagine a los mercados bursátiles como una gran selva, donde están los poderosos representados por los leones y tigres, y del otro lado está usted, un inversor minorista, que podría ser cualquier animal indefenso dentro de este ecosistema.
Como todo aquel que se siente carente de protección, en algún momento le gustaría que alguien le cuidara o al menos represente sus intereses. Esto es muy difícil de lograr en un sistema donde las relaciones de poder se definieron mucho tiempo atrás y perduraron así.
Pero de pronto, emergió una figura altruista, llamada inversor activista, que comenzó a cumplir ese rol. Bueno, en realidad, tengo mis dudas de que esta clase de inversores bregue por el interés de todos los pequeños, pero lo que sí reconozco es que las políticas que impulsan permiten que la gran mayoría del universo minorista se beneficien de ellas.
Un inversor activista se lo conoce como aquel que irrumpe en el capital social de una empresa cotizante, intenta ganar lugares en la dirección e impulsa políticas disruptivas, como la separación de unidades de negocios de las firmas, la distribución de dividendos, etc.
Los activistas toman posiciones en empresas que consideran que cotizan por debajo de su potencial. Para que éste cristalice, invitan a adoptar medidas como venta de negocios, fusiones, adquisiciones o, directamente, el despido del equipo de las gestiones de operaciones.
Muchos inversores rechazan el título de activistas para no figurar en las principales portadas de los portales financieros, pero muchos otros aceptan con agrado ese rótulo. Entre los más reconocidos se encuentran Carl Icahn, Bill Pershing y Daniel Loeb.
En una primera instancia, los inversores de este estilo se “entrometían” en empresas relativamente pequeñas, ya que la inversión a realizar para desembarcar en las mismas no era tan significativa. Con el correr de los años, éstos comenzaron a desafiar el poder de firmas mucho más poderosas, instaladas en sus negocios y con larga trayectoria en sus espaldas.
Los activistas atacan fuerte…
¿Qué tienen en común Macy’s (NYSE:M), Qualcomm (NASDAQ:QCOM) y AIG? Las tres son empresas de gran capitalización bursátil y todas ellas fueron objeto de “ataques” de inversores activistas el año pasado.
En julio de 2015, Jeffrey Smith’s Starboard Value compró una parte del capital social de Macy’s y obligó a que la firma hiciera una división del negocio de activos de real estate. En abril de ese año, Barry Rosenstein’s JANA Partners presionó a Qualcomm a que acelerara su programa de reducción de costos, de recompra de acciones propias y de dividendos. Finalmente, a fines de 2015, Carl Icahn comenzó a presionar a AIG para que el holding se dividiera en tres nuevas empresas.
Que los inversores activistas pongan en jaque a empresas de mega capitalización bursátil (por encima de los 50.000 millones de dólares) era realmente impensado… Mientras que en 2009, del total de las operaciones de los activistas, solo el 2,9% apuntaba a las empresas de grande y mega capitalización, en 2015 representaron el 8% del total. Es decir, cuatro veces más en seis años.
Como observamos, ya no existen firmas intocables para esta clase de inversores. Son como los nuevos Robin Hood del mercado, que enfrentan a los más grandes para que entreguen el valor disponible a los más pequeños.
En aquellas empresas que creen que la dirección no presiona lo suficiente para sacar todo el valor de una compañía en beneficio de los accionistas, ellos aparecen con sus políticas disruptivas.
Por muchos años, los directivos de las empresas de Wall Street estuvieron ajenos, desentendidos, a la labor del día a día que llevaba la línea operativa de las empresas. Eran un cuerpo sumamente decorativo que se sentaban en sus sillones un par de veces al año, votaban cuestiones intrascendentes y cobraban suculentos sueldos.
Hoy los activistas han posado los ojos sobre ellos.
Esta es una buena noticia para usted como inversor minorista. Muchos activistas han logrado resultados fabulosos a partir de su presión en las firmas. Desde la puesta en marcha de políticas de dividendos en efectivo, hasta la división de una empresa en múltiples firmas (el caso reciente que más recuerdo es el de eBay (NASDAQ:EBAY) y Paypal (NASDAQ:PYPL)).
Por esta razón, le recomiendo, al menos, que retenga estos tres nombres: Carl Icahn, Bill Pershing y Daniel Loeb. Donde ellos ponen la mira, le sugiero acompañarlos con una pequeña cifra de tus ahorros.
La recompensa puede ser muy grande.