El sentimiento de riesgo sigue siendo negativo, con una rotación significativa en las operaciones de refugio como el JPY, el CHF y el oro. Sin embargo, al igual que con el reciente cambio en el sentimiento, este movimiento parece provenir del miedo a las alturas, más que por un cambio estructural.
Los mercados están apuntando a una acumulación de riesgos en lugar de un solo evento, por ejemplo, las elecciones del Reino Unido, los acontecimientos geopolíticos, el lento crecimiento en los Estados Unidos, la reunión del BCE y la declaración de Comey. Las escaladas de las tensiones en Oriente Próximo ahora también han interrumpido la comunicación diplomática entre Catar y sus vecinos. Esa situación ha dañado los precios del petróleo, ya que los mercados cuestionan la unidad de la OPEP.
En los mercados de divisas, la caída de los rendimientos de la curva frontal de los bonos de Estados Unidos ha terminado con el impulso alcista del USD/JPY. La correlación entre los rendimientos de los bonos de EE.UU. y de Japón y el USD/JPY sigue siendo increíblemente ajustada.
Si bien el rendimiento del JPY permanecía clavado, el empuje de subidas de tipos de la Fed ha reducido el diferencial de las tasas de interés. Aunque los titulares de aversión al riesgo suenan bonitos, el USD/JPY es dependiente del desempeño de los indicadores económicos fundamentales de los Estados Unidos y el efecto sobre la política de los tipos de interés de la Fed. Dada la agenda de los Estados Unidos y la incertidumbre general impulsada por Trump (y la agenda llena de acción del jueves), si el USD/JPY despeja el nivel de 109,65 apuntará al soporte en 108,10-15.
Quizás la principal preocupación de nuestra teoría de que la aversión al riesgo es transitoria, y que hay que comprar en las caídas de riesgo, es la reunión del BCE el jueves. Tenemos previsto que Draghi mantendrá su tono moderado hasta septiembre, aunque dados los sólidos datos económicos de la UE la probabilidad de que se haga alusión a una reducción de las medidas de emergencia ha aumentado. Incluso la más mínima señal de BCE tendría efectos profundos en los precios de los activos que han confiado durante 10 años en el apoyo excesivo del banco central.