A menudo, en la vida y en el trading, las personas necesitan desconectar de su actividad diaria, escapar de algo que supuestamente les agota o que no les gusta o, simplemente, hacer lo que hace el resto de la gente y parar obligatoriamente durante un determinado tiempo porque así está establecido socialmente.
Por supuesto que hoy en día ya solamente el hecho de tener cualquier clase de trabajo, de ocupación remunerada, por cuenta ajena o por cuenta propia, más o menos agradable (eso ahora da igual), ya es un auténtico lujo, algo que todo el mundo debería tener... Pero, siendo realistas, hay gente que durante su jornada laboral o su período "lectivo", reconozcámoslo, los momentos más estresantes que experimenta son los relacionados con poder coger el periódico deportivo en el bar antes que los demás, en el prolongado momento del café, o el tener bien actualizada tu red social en horario de trabajo, sin que tu jefe se dé demasiada cuenta, porque igual él también hace lo mismo...
El trabajo como necesidad, como castigo, como obligación, como realización, como sustento y como algo que también que hay saber dosificar para, ni enfermar, ni comenzar a hacerlo mal si no se descansa lo suficiente, ya sea mediante vacaciones, realizando otra actividad diferente, desconectando... Y si lo que estás haciendo realmente te gusta tanto que no sientes esa necesidad urgente de escapar de tu trabajo, de dejar pasar los minutos hasta que llegue la hora en la que salgas corriendo a engrosar las listas de desplazamientos que anuncian en la tele...
¿Y si eres tu propio jefe, no estás engañando a nadie, tienes tu horario de trabajo y como te estás realizando trabajando, puedes decidir tu mismo tus jornadas de vacaciones? Si no te cansas trabajando, si eres tan privilegiado y tan raro que te intentas ganar tu sustento con algo que te gusta y que, por supuesto, una vez que has aprendido, que te has formado y asimilado un sistema de trading que te permita ser más o menos consistente, eres disciplinado y lo sigues y, sin caer ni en la ludopatía ni en la falta de esfuerzo, lo puedes realizar en pocas horas, teniendo tanto tiempo libre el resto de tus días, que disfrutas casi de vacaciones todo el año?
¿Y si no te importa levantarte de la cama un Jueves Santo, o cualquier otro día festivo "oficial", dejando a la familia dormida y te pones a operar sin refunfuñar ni maldecir, y si en media hora larga (o en una hora, o en cinco, o en el tiempo preciso, claro) acabas tu jornada y tienes que dejarlo aunque te gustaría dedicarle más tiempo y continuar frente a la pantalla y los gráficos?
¿No será entonces que ya eres trader y que has conseguido prepararte, recorrer el camino, sortear los obstáculos, madurar, aprender y aprenderte y, por fin, llegar?
Para entrar en este club de gente presuntamente tan rara, tan privilegiada y tan especial, hay que dedicarle mucho tiempo, muchas ganas y mucha pasión, formarte y prepararte lo suficiente, ser paciente pero no pararte nunca... Sin embargo, como véis, el premio y la recompensa pueden ser infinitos, y podrás decidir tú cuando apagas por un tiempo tu ordenador y plantas tu sombrilla en la playa por decisión propia y no por decisión del calendario...
¿Acaso no merece la pena al menos intentarlo, pero decidirse a intentarlo seriamente y de verdad, con compromiso y siguiendo los pasos correctos?