Las LEBACs, o LEtras del BAnco Central, son títulos que representan deuda de corto plazo (el plazo más largo es de 252 días) emitida por el Banco Central de la República Argentina. Existen también otros títulos de deuda de plazo mayor emitidos por el BCRA que son las NOBACs o NOtas del BAnco Central.
¿Cómo hace el Banco Central para aumentar el atractivo de tener pesos en comparación con el atractivo de tener dólares? Lo que hace es aumentar el interés que paga por los pesos que le presten. Esto hace que una parte importante de quienes tienen dólares, elijan venderlos y colocar los pesos resultantes de esta venta en estos préstamos de corto plazo al BCRA.
Cuánto más alto sea el interés que paga, más el atractivo de prestarle pesos. Ahora bien, esto tiene dos consecuencias inmediatas:
La primera es que un interés muy alto también atraerá pesos que de otro modo irían a inversión productiva, demorando así las perspectivas de reactivación. La segunda consecuencia, es que cuando se tiene que pagar un interés tan alto, la deuda del Banco Central empieza a crecer a gran velocidad, con el obvio riesgo de que arme una gran “bola de nieve”.
Una tasa del 38% haría que en un poco más de dos años la deuda del Central se duplique. Entonces, ¿hasta dónde es sostenible este alto nivel de tasas? Por otro lado, ¿qué pasará cuando los intereses de esta deuda no se paguen con más deuda y se tengan que emitir los pesos? ¿Estos pesos no se terminarán traduciendo en nafta para el dólar?
El gráfico que les muestro aquí es la evolución de la cantidad de LEBACs emitida hasta el 10 de diciembre de 2015. Verán que comienzan a crecer fuertemente hacia comienzos de 2014 con las decisiones de política económica de Juan Carlos Fábregas, que luego fueron continuadas por Alejandro Vanoli:
Como verán en algo menos de dos años, el BCRA triplicó la cantidad de LEBACs emitidas. ¿Qué está pasando ahora con Federico Sturzenegger?:
En tan sólo 120 días, el monto total de LEBACs creció un alarmante 83%, alcanzando los 490 mil millones de pesos. Solamente en intereses, el BCRA tendrá que pagar unos 150 mil millones de pesos en los próximos 12 meses, lo cual duplica la escandalosa pérdida que debió afrontar por las operaciones de dólar futuro de Vanoli.
¿Cómo saldrá el BCRA de esta situación? Una posibilidad que aparece cada vez como más razonable, es intentar canjear toda esta deuda por deuda de más largo plazo y a un interés menor. La pregunta es: ¿alguien aceptará voluntariamente un canje de esta naturaleza o tendrán que hacer un canje compulsivo?
Imagino cual puede ser una eventual respuesta del gobierno: “Esperamos una gran entrada de dólares en el segundo semestre, que nos permitirá reducir la deuda total de LEBACs (pagarlas con pesos en lugar de con más LEBACs) al tiempo que iremos bajando la tasa de interés ofertada”.
Sin embargo, hay un problema con esta eventual afirmación: Argentina sigue cara en dólares. Y hasta que esto no cambie, no creo que veamos nada similar a una “lluvia de dólares” del exterior. Arriesgo más: ¿alguien cree que van a venir a instalarse industrias para crear puestos de trabajo con los enormes costos laborales argentinos y todas las contingencias legales existentes al contratar a un empleado?
Falta aún camino por recorrer y creo que una parte de este camino consistirá en bajar las tasas de las LEBACs y permitir que el peso se deprecie frente al dólar. Parte de esta depreciación del tipo de cambio se traducirá en inflación, pero no toda. Recién desde ese lugar, podremos pensar en inversión y reactivación. El dólar en estos niveles está claramente subvaluado.