¿Ustedes han escuchado alguna vez una tertulia política el lunes posterior a unas elecciones generales, presidenciales o regionales? ¿Ustedes han escuchado la contundencia y seguridad de los tertulianos al analizar los resultados? ¿Se han dado cuenta con que seguridad justifican la bajada del partido X? ¿O con que contundencia encuentran los motivos de la subida del partido Y? ¿O con que rotundidad argumentan los motivos del porqué el partido Z ha sido la revelación de susodichas elecciones?
¿Ustedes nunca se han preguntado que sí estos analistas y tertulianos tenían tan claros los motivos de la subida del partido X, bajada del partido Y o la sorpresa del partido Z, por qué no realizaron ese mismo análisis a priori, antes que se celebrasen las elecciones?
Lo que realmente sucede en esas ocasiones es lo que se denomina en psicología, ajustar la narrativa a la realidad. Se buscan determinadas explicaciones, que siendo lógicas y “encajables” en la realidad y que tienen cierta lógica, no por ello es la causante principal de los resultados.
Pues es el análisis de los mercados financieros, la mayoría de las veces ocurre lo mismo. Se busca una narrativa que encaje con la realidad, se busca una narrativa que justifique la subida o bajada del S&P 500. Se busca una justificación a posteriori del porqué el índice Nasdaq se ha parado en ese punto. Se “fuerza” una determinada línea para “convertirla” en un canal y así justificar el movimiento de Apple (NASDAQ:AAPL). Se “fuerza” a trazar unas líneas por unos determinados puntos, para convertirlo en un triángulo y así poder justificar que Netflix (NASDAQ:NFLX) ha subido debido a la rotura de ese triángulo.
Les propongo un polémico experimento. Dibujen en una hoja en blanco líneas diagonales, horizontales, paralelas, etc de forma completamente aleatoria. Una vez realizado los trazados, superponga esa hoja delante de cualquier gráfico. Se llevará una gran sorpresa al comprobar que muchos de los trazos que usted ha dibujado coinciden con los movimientos de la cotización del activo, ya sea un índice, una acción o una materia prima como el oro o el cobre.
Y se preguntarán: Y toda esta larga introducción, ¿qué tiene que ver con el título del artículo? Pues mucho. Porque si bien digo que el 90% de las veces, realizamos unos análisis donde cometemos ese error de ajustar la narrativa a la realidad, hay un 10% de las veces que ese análisis es correcto. Y el 3.642 del S&P 500 es uno de esos puntos donde no forzamos la narrativa. El entorno de los 3642 ha sido objeto de un doble suelo, después de casi 6 meses de bajada en el índice. ¿Por qué pararse en el 3.642? La respuesta la tienen muchos meses atrás. Coincide justo con el final de la subida del comunicado de la vacuna de Pfizer (NYSE:PFE). Y en esos días entró muchísimo dinero al mercado. Y entiendan que los que se posicionaron por esas fechas, batallarán, trabajaran, sudarán para que sus posiciones no caigan en pérdidas.
Que tengan buenas inversiones.