El último lote de datos de la mayor economía del mundo no logró impresionar, lo que sugiere que los inversores siguen descontando la reactivación comercial del presidente Trump. La medida favorita de inflación de la Fed, el gasto de consumo personal, cayó a su nivel más bajo desde 2015, al ser un 1,5 % interanual en abril, coincidiendo con el pronóstico del consenso, pero por debajo del 1,6 % del mes anterior.
No compartimos la opinión de muchos participantes del mercado que sostienen que esta debilidad es transitoria y que se avecina un rebote. Los acontecimientos alentadores relativos en los ingresos y gastos personales - ambos con un alza del 0,4 % intermensual en abril - no son suficientes para cambiar a un estado de ánimo más entusiasta.
Una vez más, esta debilidad de la inflación no pone en peligro un alza de tasas en junio por parte de la Reserva Federal. Sin embargo, el banco central podría tener que reconsiderar el ritmo del ajuste más allá de la reunión de junio. El próximo informe de empleo - que se publicará este viernes 2 de junio - será clave en la evaluación de los tiempos. De hecho, una sólida cifra en el crecimiento de los salarios podría reforzar aún más las expectativas de una subida de tipos en 2017. Se espera que las ganancias promedio por hora hayan aumentado un 2,6 % interanual en mayo, desde el 2,5 % de abril. Creemos que el mercado no sabe qué camino tomar.
Por un lado, la moderación del BCE quitó una gran cantidad de la fortaleza del momentum del EUR, mientras que, por otro lado, la debilidad de los datos de Estados Unidos pone en tela de juicio la recuperación del USD. El EUR/USD está cotizando actualmente en torno a 1.1175 con una tendencia bajista.