- Presenta sus resultados del 1T de 2019 el martes, 30 de abril, antes de la apertura del mercado
- Expectativa de ingresos: 26,98 dólares
- Expectativa de BPA: 0,09 dólares
No va a haber mucho que ver cuando General Electric Co. (NYSE:GE) anuncie sus resultados del primer trimestre el martes. El conglomerado industrial ya ha lastrado drásticamente las expectativas diciendo a los inversores que las cifras de 2019 van a ser terribles.
Según las últimas previsiones, GE podría haber dilapidado hasta 2.000 millones de dólares de efectivo este año pues el fabricante de bombillas, motores de aviones y turbinas de potencia está implementando una profunda reestructuración para sobrevivir en un entorno en que la demanda de sus productos estrella se está debilitando.
Para conservar algo de efectivo, el en su día venerado gigante eliminó el año pasado su legendario sólido dividendo casi por completo, colocó a Larry Culp como nuevo director ejecutivo y comenzó un programa de venta masiva de activos. Pero esto es historia antigua para aquéllos que han seguido el desmantelamiento de GE estos últimos dos años.
Lo preocupante es que Culp aún no ha sido capaz de ganarse la confianza de los inversores y todavía no está seguro de lo que hace falta para enderezar el rumbo de la nave de GE, que claramente sigue capeando una poderosa tormenta. Este sombrío panorama se ve alimentado por el mal rendimiento de las acciones de GE desde octubre —cuando Culp asumió el control como director ejecutivo— que, tras el entusiasmo inicial que las impulsó más de un 20%, ya han descendido en torno a un 15% desde la fecha de su nombramiento, cerrando ayer con pérdidas de un 2,2% hasta 9,12 dólares.
Las previsiones de efectivo de GE son optimistas
Uno de los mayores retos de Culp es encontrar la manera de mejorar los flujos de efectivo de GE. Los resultados del 4T incluían un déficit mayor de lo esperado de su unidad de potencia, que ha registrado pérdidas operativas de 872 millones de dólares y un consumo de efectivo de 2.700 millones de dólares, mientras que GE Capital registró pérdidas de 177 millones de dólares. La empresa señala, sin embargo, que su situación financiera comenzará a mejorar a partir del año que viene.
En un comunicado emitido en marzo en el que prometía una mejora considerable de las empresas de fabricación de GE en los próximos años, Culp afirmó:
"Nos queda mucho trabajo por hacer en el año 2019, pero esperamos que el rendimiento sea considerablemente mayor en 2020 y 2021 con un flujo de caja libre industrial positivo a medida que disminuyan los obstáculos y nuestras mejoras operativas produzcan resultados financieros".
Pero esa visión es un poco demasiado optimista para la mayoría de los analistas de Wall Street. Entre ellos tenemos a Stephen Tusa, de JPMorgan (NYSE:JPM), el analista más preciso cuando se trata de GE.
Cuando rebajó su calificación de las acciones de GE a "insuficiente" y su precio objetivo a 5 dólares por acción, Tusa escribió en una nota a los clientes a principios de este mes:
"Creemos que muchos inversores subestiman la gravedad de los obstáculos y riesgos subyacentes de GE, mientras que sobreestiman el valor de sus pequeños logros".
Para Tusa, las previsiones de efectivo de GE no son realistas principalmente porque su división de servicios financieros va a seguir dilapidando efectivo y el gigante no está teniendo en cuenta la posibilidad de una recesión, que requerirá de más ventas de activos de lo que espera el mercado.
En conclusión
La reestructuración de GE sigue teniendo mucho trabajo por delante y hay pocos indicios de que esté tomando forma un cambio. Eso significa que sus acciones se mantendrán en niveles bajísimos si no vemos alguna señal clara de una mejora considerable de los flujos de efectivo de la empresa y de que ya ha pasado lo peor para su renqueante negocio energético.