En la primera parte de este artículo, hicimos un pequeño paseo o síntesis sobre las características ideológicas, culturales y vivenciales de esta práctica.
En esta segunda parte vamos a hacer una síntesis muy rápida de las características médicas que hacen que esta herramienta funcione.
Como no somos médicos, ni científicos, al final del artículo os dejaré un enlace a una conferencia de un cirujano y profesor de medicina que creo que os ayudará a comprender desde nuestra perspectiva más pragmática, la importancia de esta herramienta.
Herbert Benson, cardiólogo y profesor de la universidad de Harvard, nacido en 1935 se preocupó de investigar la mejor manera para ayudar a bajar la tensión de algunos de los pacientes que sufrían de hipertensión si necesidad de ser sobremedicados.
Para ello, y después de muchas fuentes infructuosas de información al respecto, dio en uno de sus viajes de investigación con la respuesta a su pregunta, efectivamente hay métodos no farmacológicos para actuar en el hipocampo (año 1959). Lo que descubrió el profesor Benson es que algunas técnicas de hace más de 2000 años tenían una incidencia directa en distintas ondas cerebrales, en concreto las ondas Beta, Alfa (MX:ALFAA) y Theta. Sintetizando mucho las Beta generan stress, las Alfa abstracción y creatividad y las Theta el aprendizaje y asimilación de conocimientos entre otras funciones.
Tenemos que reseñar que existe una realidad que percibimos y otra que creamos con nuestra mente, la realidad interna (ruido cerebral o parloteo interno) está identificada en actividades sinápticas concretas que tienen su propio nombre y se llama DFN (Default Network).
Al mezclarse estas dos realidades se genera un colapso que no permite definir lo que es una de otra y por tanto se incrementan los niveles de cortisol (hormona del estrés) y muchas otras respuestas físicas. La práctica del mindfuness consigue separar una realidad de la otra, permite que el hemisferio izquierdo (la mente analítica, pragmática y matemática) se comunique eficazmente con el hemisferio derecho (la mente creativa, soñadora e imaginativa) y permite que trabajen al unísono haciendo que ese parloteo mental, que a menudo genera más tensión, quede relegado a un momento de espera, que no se ahonde en él y por tanto no incremente los niveles de ansiedad. Se descubren a menudo capacidades del individuo dormidas y se activan las ondas cerebrales Delta relacionadas en la reconstrucción de tejidos y autosanación física.
Lo más importante del mindfulness es entrenar la atención en el presente, en el aquí y el ahora, y un buen punto de partida es la respiración.
Como no quiero extenderme más os dejo el video de Mario Alonso Puig para que podáis ahondar en el tema, dura una hora, pero os aseguro que merece la pena. ¡Gracias por vuestra atención plena en la lectura!