La semana se ha caracterizado por la continuación del aplanamiento de la curva de tipos… y ya van cuatro seguidas. Los inversores muestran preocupación por el efecto que podría tener el endurecimiento de la política monetaria sobre el crecimiento. La crisis energética no da tregua, como tampoco los cuellos de botella que ponen en cuestión la campaña navideña que está a punto de comenzar.
La realidad es que, en el último mes, la rentabilidad del tramo corto de la curva de tipos en EE.UU. ha subido un 51,9%, el tramo medio un 20,3%, y la de los vencimientos de mayor duración ha caído un 3,9%. Este comportamiento ha beneficiado especialmente a la tecnología y consumo discrecional, cuyos ETF sectoriales se apuntaron el viernes una revalorización semanal del 2% y del 4,3%, respectivamente, acumulando así un 6,6% y un 11,2% en el último mes. Se cierre así un octubre especialmente positivo para la renta variable, en el que han participado una parte muy importante de los sectores económicos, con un performance medio mensual por encima del reportado en las estadísticas estacionales.
Los inversores parecen ser cada vez menos permeables a la narrativa de los bancos centrales sobre la transitoriedad de la inflación. Los futuros de los Fed Funds descontaban el viernes pasado un 75% de probabilidad de que hubiera una subida de tipos de interés en junio, el mismo mes en el que se espera que termine el plan de reducción de compras de activos de la Fed.
Nuestros modelos estiman una aceleración de la economía en el cuarto trimestre de 2021 que podría estirarse hasta el primero de 2022 para, a continuación, volver a ralentizarse. Nos dejaría un segundo y tercer trimestre especialmente complicados para el crecimiento de la primera economía del mundo. Si a esto se le suma que los programas de compras de activos por los bancos centrales han funcionado como bálsamo para la confianza de los inversores, de cumplirse el plan de retirada de estímulos que finalizaría en junio, tendríamos una segunda mitad del 2022 con una renta variable mucho más vulnerable a los factores macroeconómicos y al potencial deterioro en los resultados empresariales que hemos comentado en artículos anteriores.
En el mes de octubre se mantienen favorables las condiciones de acceso a la financiación, tal y como señala la estabilización del St. Louis Financial Stress Index, pero no sería de extrañar un deterioro de éstas en los próximos meses, coincidiendo con el avance del plan de retirada de estímulos monetarios. En el seguimiento continuo que hacemos de los RePos Inversos de la Fed, el viernes tocaron un máximo en 1,5 billones de dólares. Dado el saldo de estos instrumentos a 29 de septiembre y el del viernes pasado, y el importe total del activo del balance de Fed en las mismas fechas, supone que de manera efectiva se han inyectado 21.744 millones de dólares de liquidez en octubre, muy por debajo del eslogan de los 120.000 millones mensuales grabado a fuego en el inconsciente de los inversores. Como hemos comentado en artículos anteriores, desde el mes de abril, no sólo no lo han cumplido, sino que se han retirado más de 650.000 millones de liquidez.
Flujos netos de efectivo
Semana extremadamente positiva en la entrada neta de efectivo en ETF de renta variable, según datos de FactSet (NYSE:FDS), que ha registrado 24.191 millones de dólares en ETFs de renta variable, y 3.867 millones en renta fija. Para poner en contexto estas cifras, los datos de la semana equivalen al 68% del efectivo medio mensual del 2021, un año en el que además se han batido récords.
Refinitiv Lipper, por su parte, señala entradas netas de efectivo en fondos de renta variable por valor de 15.000 millones de dólares, casi un 50% más que la semana anterior, mientras que los fondos de renta fija recibieron 4.200 millones de dólares, la mitad que hace siete días.
En los mercados de derivados, los inversores institucionales volvieron a reducir su exposición a renta viable en un 1,2%, hasta situar la ponderación de bolsa en su cartera en un 74,1%, y ganando peso Nasdaq frente al S&P 500. La renta fija, por el contrario, incrementó su ponderación en un 0,6%, hasta el 13,5%. Las materias primas también lo aumentaron en un 1,7%, hasta representar el 10,8% de su cartera, siendo el oro el gran protagonista con una subida del 1,2%.
Seguimiento de la Fuerza Relativa Tendencial
El viernes cerró la FRT de los índices de volatilidad en zona lateral-bajista, lo que quiere decir que, a pesar de que los índices cerraran en máximos de la semana, los mercados de opciones no acompañaron los cierres en máximos de la semana de los principales índices.
Algo parecido sucedió con la FRT de los índices de renta variable, que cayó de 52 a 46. Aunque continúa en zona claramente alcista, supone una divergencia respecto del cierre del viernes. Esto mismo sucede con la cesta de materias primas y de cryptos. Entre las primeras, los commodities de energía siguen siendo los más fuertes, con un gas natural que se ha apuntado un 1,9% en la semana. La cesta de soft commodities es la segunda más fuerte, en la que destaca el Trigo (+2,2% en la semana), Café (+1,6%), y Azúcar (+1%). Tras las caídas fundamentalmente de la plata y el platino, la FRT de la cesta de metales preciosos ha caído hasta el límite que separa la zona lateral-alcista de la alcista.
Entre los índices de renta variable, los americanos mostraban la semana pasada una FRT más fuerte (+63), seguidos por los europeos (+50). Entre los primeros, Nasdaq (+3%) y S&P 500 (+1,6%) tenían lecturas en zona alcista, mientras Dow Jones de Industriales se situaba en zona lateral-alcista (+0,7%). Detectamos nueva divergencia en el Nasdaq, que cierra en el límite de FRT 25. En el viejo continente, el performance ha sido más variable, con un índice italiano que se ha anotado un 1,5%, y donde España ha destacado anotándose un 2,2%, a pesar de mostrar una FRT claramente en zona lateral-alcista.
Actualización de los niveles críticos
Tanto los inversores minoristas han sido especialmente activos durante la semana en el S&P 500, incrementando su exposición en un 50% respecto de la semana anterior. El nivel de 4.489 es la primera referencia a tener en cuenta ya que, por debajo, en 4.421 se encuentra el área de presión bajista de los hedge funds que podrían empujar al índice al primer nivel en que se encuentran los inversores institucionales: 4.358.
En el caso del Dow Jones de Industriales, ha habido un tímido aumento en la exposición de los inversores institucionales de un 0,12%. El nivel clave es 34.865. Su perforación podría empujar al índice a niveles de 34.489. No existen presiones bajistas significativas en este índice.
Respecto del índice tecnológico, lo más destacable es el cierre de cortos de los hedge funds. En las últimas cuatro semanas, han cerrado el 88% de sus posiciones, lo que es tanto como decir que están levantando el pie del freno, dejando así que el vehículo continúe su marcha. No sería de extrañar la apertura de posiciones largas en próximas semanas. El primer y principal nivel que vigilar sería 15.111. Las presiones bajistas se encuentran justo por debajo, por lo que su pérdida podría suponer una caída rápida hacia la zona de 14.894.
Mantenemos el comentario de la semana pasada respecto de los niveles clave del CBOE VIX: “la superación del nivel 16,4 puede suponer un incremento significativo de corrección de la renta variable. Según nuestros modelos, teniendo en cuenta el dato de cierre del viernes pasado, serían factibles incrementos de la volatilidad al nivel 19-20 en una ventana temporal de dos semanas”.
Como niveles de prealerta, destacaríamos 4.549 en el S&P 500, 35.783 en el Dow Jones de Industriales, y 15.580 en el Nasdaq. No obstante, mientras el S&P 500 se encuentre por encima de 4.358, el Dow Jones por encima de 34.865 y el Nasdaq por encima de 15.111, apoyaríamos la tesis sobre la continuación en el movimiento alcista de los índices.
¡Buena semana y buenas inversiones!