El oro ha experimentado una notable caída en su precio recientemente, pasando de superar los $3,500 por onza a situarse alrededor de los $3,280. Esta corrección se debe a una combinación de factores económicos y políticos que han alterado la percepción de riesgo en los mercados financieros.
Uno de los principales catalizadores de esta disminución fue la aclaración del presidente Donald Trump respecto a su intención de no destituir al presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell. Anteriormente, las críticas de Trump a Powell y las tensiones comerciales con China habían incrementado la incertidumbre, impulsando al oro como activo refugio. Sin embargo, tras las declaraciones de Trump y señales de una posible relajación en las relaciones comerciales con China, el apetito por el riesgo aumentó, reduciendo la demanda de oro.
Además, la estabilización del dólar estadounidense ha influido en la caída del oro. Un dólar más fuerte encarece el oro para los compradores internacionales, disminuyendo su atractivo. Este fortalecimiento del dólar se ha visto respaldado por expectativas de políticas monetarias más restrictivas y un crecimiento económico más sólido en Estados Unidos.
Desde el punto de vista técnico, el oro ha roto recientemente niveles de soporte clave, como los $3,309 y $3,290, lo que indica una mayor vulnerabilidad a nuevas caídas. Estos niveles habían actuado previamente como zonas de consolidación y soporte psicológico. La ruptura de estos soportes sugiere que el precio podría dirigirse hacia el siguiente nivel significativo en torno a los $3,256, que coincide con una zona de soporte técnico importante y podría actuar como un punto de inflexión para los inversores.