Los alcistas intentarán ampliar su avance en el territorio de los 40 dólares esta semana, basándonos en las expectativas de una demanda considerable de combustible de este pasado puente del Día de la Independencia de Estados Unidos. La desvalorización de la pandemia del coronavirus por parte de la administración Trump también ayudará a aquéllos posicionados en largo en el petróleo durante mucho tiempo.
Las reservas de crudo de Estados Unidos descendieron en 7,2 millones de barriles durante la semana que concluía el 26 de junio, unas 10 veces más de lo previsto, y estará justificado que los traders esperen otra reducción en la semana que precedió al puente del 4 de julio.
Y aunque la producción de petróleo crudo y el número de plataformas de Estados Unidos ya no se están desplomando como hace tres meses, la Organización de Países Exportadores de Petróleo sigue asfixiando la producción mundial para garantizar que el impulso ascendente del mercado no pierda fuelle.
La alianza de unas dos docenas de exportadores de petróleo liderada por Arabia Saudí y dirigida por Rusia se ha comprometido a reducir la producción en un récord de 9,7 millones de barriles al día por tercer mes consecutivo en julio. A partir de agosto, los recortes se reducirán a 7,7 millones de barriles al día hasta diciembre.
El petróleo crudo seguirá subiendo hasta alcanzar los 40 dólares
En conjunto, la disminución de las reservas de crudo de Estados Unidos y las reducciones de la OPEP+ proporcionan una base de apoyo adecuada para que los futuros de West Texas Intermediate y el Brent amplien su repunte por encima de los 40 dólares esta semana.
La mejora de las cifras de empleo de Estados Unidos ha ayudado a que los precios del petróleo se disparen más de un 4% la semana pasada, revirtiendo las pérdidas de la semana anterior.
El petróleo WTI sube un 5,6% frente al descenso del 3,2% de la semana anterior. El Brent sube un 4,3%, más que compensando la caída del 2,8% de la semana anterior.
Aun así, el aumento de los casos de COVID-19 podría lastrar el optimismo en cuanto al crudo y representar obstaculos para el mercado, y los alcistas del petróleo necesitan un antídoto eficaz para neutralizar ese miedo.
Entra el presidente Donald Trump, que ha afirmado este fin de semana que el 99% de los casos COVID-19 eran "inofensivos".
Estas declaracines del presidente tienen lugar a pesar de que Texas, el estado de refinación de petróleo más grande de Estados Unidos, y Florida, el centro de ocio de Estados Unidos, han reportado su mayor aumento diario de nuevos casos confirmados de coronavirus en los últimos días, con lo que el total de muertes en todo el país ascenden a casi 130.000 y las infecciones a más de 2,8 millones.
Si la nueva oleada del brote desencadenara el pánico, podría incitar a los gobernadores estatales a cerrar sus economías de nuevo, como lo hicieron en marzo y abril, lastrando la recuperación económica y la demanda de petróleo. La administración Trump está haciendo todo lo posible para evitarlo.
Stephen Hahn, comisionado de la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos, se vio en apuros durante su comparecencia de este domingo para no contradecir abiertamente el comentario de Trump de que el 99% de los nuevos casos de COVID-19 no suponian un riesgo, asegurando que es "un problema grave que tenemos" y "debemos hacer algo para frenar la marea".
Jeffrey Halley, estratega senior del mercado en Sídney para la plataforma de comercio online OANDA, dijo que la "inmunidad de los mercados financieros" a la pandemia se ha visto reforzada por los intentos de restar importancia al resurgimiento del virus.
"Los precios del petróleo parecen estar uniformemente equilibrados entre las fuerzas opuestas en este momento", dijo Halley. "Por un lado, la procesión de datos económicos publicados la semana pasada está haciendo hincapié en que por ahora se está produciendo una recuperación global", ha dicho.
"Por otro lado, tras haberse disparado tanto con tan poco desde mediados de marzo, las inquietantes dudas sobre la duración de la recuperación están limitando las ganancias".
Desde finales de abril, el WTI ha subido más de un 300%, mientras que el Brent ha subido un 190%.
Se avecina volatilidad para los adeptos del oro
En el frente del oro, los fans de este refugio seguro cuyo precio finalmente alcanzó los 1,800 dólares la semana pasada podría tener que esperar un tiempo para observar más ganancias de 2,000 dólares por onza o más, ya que se esperan nuevos episodios de volatilidad a causa del riesgo y la segunda oleada del COVID-19.
Los futuros del oro de Estados Unidos alcanzaron los 1.803,95 dólares la semana pasada, su ota más alta desde los máximos históricos registrados en 1.911,60 dólarea en septiembre de 2011.
El oro al contado alcanzó los 1.789,48 dólares, su cota más alta desde principios de octubre de 2012. El precio alcanzó máximos históricos en 1.920,85 dólares en septiembre de 2011.
La subida del oro se vio lastrada por el interés por el riesgo que ha llevado a los índices de acciones asiáticos a máximos de cuatro meses este lunes, impulsados por las expectativas de liquidez súper barata y estímulo fiscal para sostener la recuperación económica global.
"Estamos observando grandes ganancias en los mercados de acciones de Hong Kong y China", y ese tipo de movimiento positivo para el crecimiento generalmente suele lastrar el oro, ha dicho Michael McCarthy, estratega jefe de CMC Markets, según Reuters.
Descargo de responsabilidad: Barani Krishnan no tiene participaciones ni mantiene una posición en las materias primas o valores sobre los que escribe.