El crudo Brent ha bajado esta semana tras un giro inesperado en el conflicto en Ucrania. Resulta que Putin acordó, de forma provisional, detener los ataques a la infraestructura energética de Ucrania, lo que, aunque no fue un alto el fuego total de 30 días como esperaba Trump, generó un alivio momentáneo en el mercado. Con este "descanso" en la tensión, los precios del petróleo han retrocedido: el Brent se deslizó hasta quedar cerca de los 70 dólares por barril, mientras que el WTI se situó alrededor de los 66 dólares.
Además, el precio del crudo se encuentra ahora en un soporte muy importante, ubicado en los 69 dólares, que ha funcionado como una barrera mensual. Los analistas sostienen que este nivel no debería romperse, ya que en caso de que lo haga, podríamos ver una caída hasta los 68 dólares. Y si ese soporte se rompe, el siguiente nivel clave sería alrededor de los 65 dólares.
Pero la cosa no se queda ahí. Esta baja se da en medio de un ambiente complicado: los inversores están muy atentos a las guerras arancelarias, que siguen generando incertidumbre en la economía global. Por un lado, mientras los inventarios de crudo en Estados Unidos aumentaron considerablemente, los niveles de gasolina y destilados cayeron, manteniendo a los operadores en alerta. Y por otro, la situación en Oriente Medio sigue siendo inestable, con ataques aéreos en Gaza que podrían afectar el suministro de petróleo.