- Los bancos de inversión publican anualmente previsiones sobre el S&P 500, pero la historia demuestra que a menudo fallan.
- Luego persisten en sus previsiones para encubrir sus errores y parecer adaptables a los cambios del mercado.
- A pesar de su historial, ¿por qué los inversores siguen creyendo en sus previsiones?
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Cada año, los principales bancos de inversión publican sus esperadas previsiones anuales para el S&P 500. Sin embargo, la historia muestra una historia diferente: estas predicciones a menudo fallan por un margen significativo, que oscila entre el 10% y el 25% en los últimos tres años.
Por ejemplo, tomemos las previsiones que hicieron a principios de 2024:
Como cada año, sus predicciones volvieron a resultar erróneas. Esta incoherencia plantea una pregunta: ¿por qué persisten las instituciones en hacer estas previsiones, sabiendo que su exactitud es cuestionable?
Esto se reduce a dos razones principales:
- Minimizar los errores: Las instituciones podrían intentar minimizar el impacto de anteriores errores alineando sutilmente sus previsiones con la dirección actual del mercado.
- Autopreservación: Alternativamente, algunas pueden presentar las revisiones como prueba de previsión, demostrando astutamente su capacidad para adaptarse a los cambios del mercado.
A pesar de su historial, las previsiones son un gran negocio. Es como si todo el mundo tuviera prisa por predecir el próximo movimiento del mercado, especialmente cuando el S&P 500 registra una subida de más del 15% a mediados de año.
De repente, salen las actualizaciones de mitad de año y, sorpresa, sorpresa, todas se revisan al alza para igualar la subida del mercado.
De hecho, aquí están las nuevas estimaciones para 2024, actualizadas después de que el S&P 500 ya haya subido más de un 15%.
¿Por qué los inversionistas siguen creyendo en estas previsiones?
Entonces, ¿por qué seguimos creyendo en esto? ¿Por qué la gente sigue apostando sus ahorros a estas predicciones cuando se demuestra que están equivocadas una y otra vez?
Bueno, se reduce a algunas tendencias humanas bastante básicas. La pereza juega un papel importante: preferimos escuchar a otro que hacer el trabajo preliminar nosotros mismos.
Y luego está la ilusión de la experiencia. Uno suelta algunos términos en una cena familiar, quizá menciona Nvidia porque está de moda esa semana, y de repente se convierte en el gurú inversor de la familia.
Pero aquí está la cosa: la inversión real se supone que es aburrida y a largo plazo. Se trata de establecer un plan sólido, como aparcar tu dinero en un fondo indexado al S&P 500 y olvidarte de él durante unas cuantas décadas. No es exactamente emocionante, pero está demostrado que funciona.
Mientras tanto, el mercado es un remolino de temores inflacionistas, subidas de tipos de interés y tensiones geopolíticas. Las estrellas bursátiles de hoy en día a veces se desvanecen rápidamente, como lo hizo el Nifty Fifty en su día.
Así que tal vez sea hora de que nos convirtamos en el aburrido miembro de la familia que habla de fondos indexados sobre el pavo. Porque mientras otros persiguen ganancias rápidas, nosotros lo hacemos a largo plazo.
Quién sabe, dentro de diez o veinte años, todavía tendremos algo sólido de lo que hablar en la cena de Navidad, mientras que otros podrían estar buscando el próximo plan para hacerse rico rápidamente.
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Descargo de responsabilidad: Este artículo se ha redactado únicamente con fines informativos; no constituye una solicitud, oferta, consejo, asesoramiento o recomendación para invertir, por lo que no pretende incentivar la compra de activos en modo alguno. Como recordatorio, cualquier tipo de activo se evalúa desde múltiples puntos de vista y es altamente arriesgado, por lo tanto, cualquier decisión de inversión y el riesgo asociado recae en el inversor. El autor posee acciones de la empresa mencionada.