Sin pretender resultar negativo ni alarmista, hay muchos motivos que nos hacen pensar que la situación económica más próxima en el tiempo dista mucho de ser ideal, ni siquiera buena, o incluso regular. Los primeros ministros de las principales economías europeas nos alertan sobre que nos espera un invierno duro, con un posible racionamiento energético, escasez de gasolina y diesel y una economía que va perdiendo velocidad semana a semana. No sólo eso. El proceso de normalización del balance de la Fed sigue su curso, doblando el ritmo a partir de este mes de septiembre, a lo que hay que añadir que su presidente, Jerome Powell, ha dejado claro la intención de los miembros del FOMC de actuar con determinación para controlar la inflación, manteniendo políticas monetarias restrictivas el tiempo que sea necesario. Copiamos un extracto del discurso de Powell en Jackson Hole que ilustra este punto.
“La exitosa desinflación de Volcker a principios de la década de 1980 se produjo tras múltiples intentos fallidos de reducir la inflación durante los 15 años anteriores. En última instancia, fue necesario un largo periodo de política monetaria muy restrictiva para frenar la elevada inflación e iniciar el proceso de reducción de la misma a los niveles bajos y estables que fueron la norma hasta la primavera del año pasado. Nuestro objetivo es evitar ese resultado actuando ahora con determinación.
Estas lecciones nos guían a la hora de utilizar nuestras herramientas para reducir la inflación. Estamos tomando medidas enérgicas y rápidas para moderar la demanda, de modo que se alinee mejor con la oferta, y para mantener ancladas las expectativas de inflación. Seguiremos haciéndolo hasta que estemos seguros de que el trabajo está hecho”.
En artículos anteriores hemos tratado nuestra previsión del contexto económico aportando indicadores, conclusiones de nuestros modelos econométricos que apoyan esta tesis, y cómo creemos que va a ir progresivamente convirtiéndose en una realidad: primero, a través del deterioro de los resultados empresariales; y después, a través de un empeoramiento de la estructura de capital de las compañías con mayor endeudamiento.
Sin embargo, este panorama contrasta con el comportamiento que se observa entre los consumidores. Este verano, las terrazas y restaurantes estaban a rebosar, y los hoteles y casas rurales con el cartel de ‘completo’ no parecen encajar demasiado bien con unas perspectivas tan poco halagüeñas.
En el caso de los mercados financieros, ocurre algo parecido. El rally de este verano ha supuesto un 17% de subida en dos meses. Con el S&P500 cotizando en los 4.300, algunos bancos de inversión se aventuraban a dar cifras objetivo para la bolsa de 4.900 y 5.000 para final de año al tiempo que los inversores se relajaban progresivamente, después de los sustos del mayo y junio.
¡Que me quiten lo bailao! Es el carpe diem a la española. La filosofía de una amplia mayoría, y no estoy aquí para criticarla… todo lo contrario. Es perfectamente compatible con el hecho de anticipar lo que está por llegar, ya que la mejor manera de disfrutar del presente es teniendo una mayor certidumbre en el futuro. El objetivo de la libertad financiera, tan deseado por todos, es una prueba de ello. Precisamente por ello, es conveniente tener un ojo puesto en aquello que sucede fuera de los focos, prestar atención a los que se anticipan a lo que está por llegar. Suele resultar enriquecedor y a veces incluso rentable.
El 13 de agosto, la fiesta del verano estaba casi en su mejor momento con una subida acumulada del 17% en dos meses. El S&P500 acababa de cerrar la semana en 4.280 puntos -aún subiría unos días más- y la euforia había vuelto al mercado, y algunos bancos de inversión revisaban sus objetivos del S&P500 para final de año en 4.900 y 5.000… pero algo se estaba cociendo. Así lo hicimos saber ese mismo día a un grupo reducido de inversores con una nota que decía lo siguiente:
“Los minoristas y los hedge funds están aumentando cortos (…). Los market makers siguen con una posición neta positiva, lo que indica que los institucionales tienen un posicionamiento medio corto. Caídas incluso por debajo de 3.890 serían normales en las próximas semanas. Este posicionamiento es coherente con la compra neta de puts que se observa en el mercado de opciones. Los inversores parecen estar preparándose para una corrección en los índices. Foto similar en el Nasdaq (…) donde caídas por debajo de 12.350 entrarían dentro de lo normal”.
Unos días más tarde, el discurso de Jerome Powell en Jackson Hole dotaba de razones a los inversores para ser pesimistas, provocando duras caídas que ya suponen un retroceso del 8,5% desde el día que emitimos esa nota.
Disfrutar es más fácil cuantas menos preocupaciones tenemos. Por eso, hacer un seguimiento y analizar el posicionamiento que los inversores institucionales llevan a cabo diariamente entre bambalinas, además de que resulta un buen complemento para metodologías clásicas como son el análisis técnico, el fundamental o el enfoque macro, nos ayuda a estar del lado correcto del mercado.
¡Que nos quiten lo bailao!
Para no perder las buenas costumbres, continuamos con las estadísticas que actualizamos todas las semanas.
Flujos netos de efectivo
Los ETFs y los fondos de inversión son productos muy utilizados por una parte importante de la comunidad inversora, debido a su tratamiento fiscal especial y a la posibilidad que ofrecen de construir una cartera diversificada de manera muy sencilla. Por ese motivo, hacer un seguimiento de las entradas y salidas de dinero en este tipo de instrumentos suele ser un buen termómetro del interés o del miedo percibido por los inversores en cada momento.
La semana pasada salieron más de 23.500 millones de dólares de la renta variable. Sólo ha habido dos ocasiones en 2022 en las que se ha superado esta cifra. El saldo acumulado del año alcanza los -36.961 millones de dólares.
También ha habido una fuerte salida de efectivo de los bonos, provocando repuntes en la rentabilidad de los bonos a ambos lados del Atlántico. Esta salida hace dudar sobre realmente ya hemos asistido al final del proceso de capitulación en el mercado de renta fija.
Por lo que respecta a la cartera de derivados de inversores institucionales, la exposición a materias primas se mantiene estable en el 6%, mientras que la renta variable ha experimentado una fuerte recuperación de un 4% en las últimas semanas, a costa de la renta fija, que cae a mínimos de las últimas 11 semanas.
Seguimiento de la Fuerza Relativa Tendencial
Este indicador es útil a la hora de determinar el peso relativo que debe asignarse a cada clase de activo en una cartera diversificada. Se diferencian cuatro tipos de tendencias (alcista, lateral-alcista, lateral-bajista y bajista). Identificamos a continuación en qué punto se encuentra la FRT con datos de cierre del viernes y cómo ha evolucionado en el tiempo.
Han durado poco las alegrías para la renta variable. La FRT de los índices de renta variable (-29) ya volvió a terreno bajista hace dos semanas, al caer a -23 desde los +33 anteriores. Este fuerte deterioro de la composición interna de los índices de renta variable alertaba de posibles caídas en la renta variable, como finalmente han sucedido durante la semana. Las materias primas (+13) se mantienen en zona lateral-alcista, volviendo a recuperar la corona de la clase más fuerte una semana más. Las cryptos (-4) recuperan algo de fuerza respecto de la semana anterior, pero continúan con sesgo negativo al encontrarse en la zona lateral-bajista. Las caídas de las bolsas han provocado una subida del indicador FRT de los índices de volatilidad hasta la zona neutral.
Entre las familias de materias primas, el indicador de fortaleza interna de los commodities de Alimentación (+48) domina claramente la tabla, seguido de Energía (+7), Metales Industriales (-19), y Metales Preciosos (-92), que ofrece la lectura más negativa en el último año y medio.
Comportamiento dispar en el indicador FRT por zonas geográficas. Las mayores caídas se observan entre los índices americanos (-19), que han perdido 30 puntos en la última semana. Por el contrario, los índices europeos (-35) repiten FRT. Los índices asiáticos (-25) retroceden 5 enteros hasta la zona bajista.
Duras caídas las experimentadas por los índices americanos en el último mes, sobre todo si se compara con sus homólogos asiáticos. El diferencial en el año entre ambas regiones alcanza el 6,8%.
Actualización de los niveles de control de los inversores institucionales
Como saben de artículos anteriores, nuestra predisposición es alcista mientras el precio de los distintos activos se sitúe por encima de los niveles en los que se encuentran posicionados los inversores institucionales y que se muestran en la tabla siguiente. Los niveles de presión bajista son relevantes a los efectos de anticipar en qué zonas de precios puede incrementarse temporalmente la volatilidad.
La pérdida de los niveles 4.058 en primer lugar, y 3.950 después, predispone al S&P500 a futuras caídas. La recuperación de la cota inferior ayudaría a consolidar los mínimos de la semana pasada situados próximos a 3.900 puntos. Se identifican presiones bajistas en los niveles 3.967 y 3.928.
Dow Jones también se encuentra con predisposición bajista al haber perdido el nivel de control de los inversores institucionales situado en 32.397 puntos. Se identifican niveles de presión bajistas justo por debajo de este nivel.
En el caso del índice tecnológico Nasdaq, la predisposición es también bajista al haber perdido los niveles de control situados en 12.826 y 12.727. Al igual que ocurre para el S&P500 y el Dow Jones de Industriales, se identifica presión bajista en niveles por debajo de los niveles de control institucional, lo que podría dificultar la recuperación del índice en el más corto plazo.
El Oro mantiene su predisposición bajista al encontrarse por debajo del nivel de control situado en 1.763 dólares. Lo mismo sucede con la plata, que sólo recuperaría la predisposición alcista en caso de superar los 19,4 dólares. El Brent, por su parte, continúa por encima de los 83,2 dólares, por lo que nada cambia en cuanto a su predisposición alcista.
En el mundo crypto, la predisposición seguirá siendo de debilidad mientras Bitcoin no supere los 42.163 dólares y Ether se mantenga por debajo de los 1.777.
¡Buenas semana y buenas inversiones!