Esta semana marca un antes y un después en la historia reciente de nuestro país. El pasado sábado, obligados por Decreto Ley, 46 millones de españoles nos encerrábamos en nuestras casas para luchar contra el coronavirus, esa enfermedad que parecía lejana cuando la información llegaba desde China pero que, en apenas dos meses, ha llegado a Europa arrasando con todo, y afectando especialmente a Italia y España. Aquí en nuestro país, mientras redactamos estas líneas el número de contagiados se acerca a los 20.000, con 2.833 positivos nuevos y 1.002 fallecidos este viernes, un 16,5% y un 30,6% más, respectivamente, que los datos del jueves.
El miedo se ha apoderado de las casas, las calles, las ciudades, los países. Y la bolsa, claro está, no se ha quedado al margen. Las ventas han sido nuevamente importantes estos últimos cinco días, provocando el lunes, en el caso del Ibex 35, caídas cercanas al 8% en una de las peores sesiones que se recuerdan desde la última crisis, y situando al selectivo por debajo de los 6.107 puntos. La presión bajista del sector turístico, con IAG (MC:ICAG) a la cabeza (se desplomó ese día cerca de un 30%), hicieron mella en el índice, que no pudo aprovecharse durante la semana ni siquiera de Inditex (MC:ITX), que tuvo que suspender dividendo y provisionar para lo que está sucediendo. Las medidas de los bancos centrales, no todo lo contundentes que el mercado esperaba, y la evolución tan fatídica de la pandemia, que obliga a seguir adoptando medidas -las últimas, las anunciadas ayer por la Administración Trump- han pesado, y mucho, en el ánimo inversor.
El Ibex 35 logra salvar la semana con recuperación en los últimos días (se mantiene por encima de los 6.500 puntos), gracias a la prohibición de ventas a corto, más medidas del BCE y las ayudas anunciadas por el Gobierno de Pedro Sánchez, pero seguirá condicionado por lo que vaya sucediendo en los próximos días, que no será poco, a juzgar por la vorágine de noticias y acontecimientos que estamos viviendo. Lejos quedan los 10.000 puntos que superó hace justo un mes, cuando no hablábamos de otra cosa que de máximos históricos. Algo que, días más tarde, parece que no sucedió.